Las Bolsas recaen por la pérdida de confianza de los consumidores
Pesimismo y negocio a la baja vuelven a ser claves en la evolución de las Bolsas. En la española se repiten las variables negativas, con la crisis argentina como gran protagonista. El resto no le va a la zaga, ya que empeoran las expectativas económicas y empresariales.
El nerviosismo volvió a presidir la sesión de ayer en los mercados de valores. Después de varias semanas de fuertes revalorizaciones, la sensibilidad de los inversores se encuentra a flor de piel. La preocupación por los datos económicos y empresariales de Estados Unidos, sumada a la creciente tensión en Argentina, volvió a pasar factura a las Bolsas, que vivieron el segundo día consecutivo de batacazo.
El Ibex no fue una excepción. El índice se dejó un 2,95%, en línea con otras plazas europeas. Los valores más expuestos a Latinoamérica fueron los más penalizados de la sesión. Telefónica cedió el 4,49%; SCH, un 4,95%, y BBVA, el 3,79%. Entre los tres restaron 183,6 puntos de los 230 que se dejó el índice.
Con esta nueva bajada, la Bolsa ha perdido un 4,97% en dos días y ha anulado las alzas acumuladas la semana pasada. El Ibex se ha situado en 7.562,5 puntos y vuelve a estar por debajo del nivel del 11 de septiembre.
Los valores de mayor peso han sido, precisamente, los que más han caído en dos sesiones. La operadora ha bajado un 7,8%; SCH, el 8,65%, y BBVA, el 7,73%.
Este ambiente de pesimismo se vio ayer azuzado por la publicación índice de confianza de los consumidores, en Estados Unidos, que cayó en octubre hasta el nivel más bajo de los últimos siete años. El dato dio lugar a fuertes descensos en Wall Street en los primeros momentos de la sesión, lo que acentuó las pérdidas que ya registraba Europa por la mañana.
A la deteriorada situación económica en EE UU se unen los problemas en Argentina que, lejos de vislumbrar una solución, parecen intensificarse. La ruptura de las negociaciones con las provincias para reducir las transferencias unida al retraso del nuevo plan económico del Gobierno, que incluye una reestructuración de la deuda, ha acrecentado esta semana el temor a un impago. El precio del bono argentino a cinco años subía ayer un 2,8%, tras ceder un 14% la víspera.
"Sin el compromiso de las provincias a favor de una disciplina presupuestaria, ¿qué razones les quedan a los principales acreedores del país para seguir confiando en las perspectivas de esta economía latinoamericana?", se preguntan los expertos de Fortis Bank en su nota diaria.
La situación argentina, así, ha sido uno de los factores que ha contribuido a acentuar el sentimiento negativo de los inversores españoles. "El mercado se encuentra muy sensible ante cualquier noticia", afirma Susana García, de Gaesco Bolsa. "Sin embargo, el movimientos no es puntual de la Bolsa española", matiza. Por ello, esta experta considera que, tras las subidas recientes, los operadores consideran que es momento de recoger ganancias.
Esta opinión es compartida por Fernando Luque, experto de Mornigstar, agencia estadounidense de información de fondos. Según Luque, "el contexto macroeconómico es complicado, por lo que cualquier mala noticia provoca brotes de nerviosismo".
Buenos Aires acentúa los retrocesos
Los esfuerzos del Gobierno argentino por tranquilizar a los inversores apenas si han surtido efecto. La Bolsa de Buenos Aires cedía ayer a media sesión un 2%, después de perder la víspera el 8,67%, a pesar de los llamamientos a la calma del presidente De la Rúa, quien afirmó que no habrá "nada forzoso" en la reestructuración de la deuda. Los dirigentes del país intentan conseguir el apoyo del FMI para refinanciar los títulos. Lejos de relajar el ambiente, la preocupación por un impago va en aumento. El riesgo país subía ayer un 4%, hasta 2.086 puntos.
Los expertos son también pesimistas. S&P espera reducir la calificación de la deuda hasta un nivel de impago después de que se anuncien las condiciones del canje. Por su parte, UBS desconfía incluso de un beneficio si se producen avances en la negociación entre el Gobierno y las provincias. "Esta situación tendrá poco impacto en el mercado. A menos que haya un apoyo financiero multilateral, será difícil la recuperación", afirman.
Las revisiones a la baja de los resultados vuelven a pasar factura
La situación de los índices antes y después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos hace ya días que pasó a la historia. Es ahora pura anécdota periodística que no puede repetirse un día sí y otro, también. Los mercados han vuelto a sus fundamentales. La historia sigue.
Todos las Bolsas han vuelto a cotizar las expectativas previas a la crisis internacional, es decir, a revisar las expectativas de crecimiento económico y de resultados empresariales, que eran las claves que dominaban los mercados antes del 11 de septiembre.
Tras un pequeño paréntesis de mejoras técnicas, las grandes empresas han vuelto a ofrecer resultados patéticos al cierre de los nueve primeros meses del año. Y lo que es peor, revisan a la baja los resultados futuros.
Empeoran las expectativas y, además, la confianza de los consumidores sigue en caída libre. Malos ingredientes para los mercados, que con el inicio de la semana han vuelto a registrar pérdidas de consideración.
En el caso de la Bolsa española, la primera gran advertencia negativa la dio el martes el Grupo Santander. El aviso ha influido mucho en la Bolsa española.