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Dragados dice que opta por crecer en solitario tras romper con Sacyr

Dragados inicia una nueva etapa tras romperse la negociación para fusionarse con Sacyr, operación que hubiera aupado a la filial del Santander al primer puesto del sector por ventas y beneficios. Ahora Dragados apuesta por crecer en solitario y descarta intentar otra fusión en España. La ruptura con Sacyr se precipitó ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo sobre el reparto del poder ejecutivo y, en consecuencia, sobre las valoraciones de las dos empresas.

Dragados aborda una nueva etapa tras romper las negociaciones que mantenía con Sacyr para fusionarse. La constructora controlada por el Santander pretende ahora continuar su estrategia de crecimiento y diversificación en solitario, sin recurrir a nuevas operaciones de integración con otros competidores españoles del sector. Pese a esta exposición de principios, la mayor parte de sus rivales estaría interesada en negociar un posible acuerdo con la segunda empresa del ranking sectorial.

Despejada la incógnita sobre este nuevo intento de integración con Sacyr, y después de que el banco confirmara en agosto a Santiago Foncillas en la presidencia ejecutiva, Dragados elimina incertidumbres y pretende aprovechar esa situación para iniciar una nueva etapa de crecimiento.

Así, en el comunicado oficial remitido a la CNMV para explicar la ruptura de las conversaciones con Sacyr, la empresa que preside Santiago Foncillas afirma que diseña un nuevo plan estratégico que actualizará el plan anterior y que tendrá como horizonte temporal el año 2004.

La negociación con Sacyr, el tercer intento de fusión que fracasa entre ambos grupos en poco más de cinco años, se rompió definitivamente el lunes por la tarde, tras decidir el presidente de Dragados que la sociedad no podía vivir más tiempo inmersa en la incertidumbre propia de ese tipo de conversaciones, iniciadas en el mes de septiembre.

La explicación oficial de Dragados sobre ese desenlace afirma que no se pudo alcanzar un acuerdo sobre la ecuación de canje de acciones entre ambas empresas. Según el grupo, Sacyr no aceptó fijar una proporción de valor de tres de sus acciones por cada título de Dragados, que era la que la constructora que preside Santiago Foncillas consideraba adecuada para sus accionistas e inversores.

En realidad, Sacyr, que estaba de acuerdo en esa correlación de precios, condicionaba la ecuación de canje al grado de control de la gestión que se le garantizara en el nuevo grupo. La mayoría de los accionistas de la séptima constructora del país deseaban tener un papel relevante en el organigrama ejecutivo de Dragados. Ese protagonismo pasaba por el nombramiento del consejero delegado, cargo en el que Sacyr deseaba situar a su vicepresidente, Luis del Rivero.

Otro caballo de batalla fue el reparto de los puestos en el consejo de administración de la sociedad y el mantenimiento de un relativo equilibrio entre el banco y los nuevos socios.

Dragados añadió ayer que las negociaciones con la empresa que preside José Manuel Loureda para cerrar una posible operación por absorción se iniciaron el pasado martes, día 23, a partir del "acercamiento del primer grupo de construcción y servicios no cotizado". Ayer no fue posible obtener la versión de Sacyr sobre las razones de la ruptura.

La constructora ligada al Santander emprendió este tercer intento para una posible fusión con Sacyr al considerar que "las características de ambos grupos habrían permitido la constitución de una sociedad de mayor dimensión en el sector de la construcción y de las concesiones y un mayor protagonismo en el mercado bursátil", según afirma en su nota a la CNMV.

El objetivo de Sacyr era estar presente y con capacidad de gestión en uno de los tres grandes grupos constructores que pueden quedar en España a medio plazo. Al mismo tiempo, querían hacer líquido el patrimonio que sus accionistas han acumulado desde que fundaron la empresa en los años ochenta y probablemente volverán a intentarlo.

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