Bruselas advierte que la fortaleza del euro exige acelerar las reformas estructurales
El comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, desafió ayer a los Estados miembros "a aumentar el potencial de crecimiento de nuestras economías" como única respuesta válida al "dramático cambio del escenario económico" tras los atentados del 11 de septiembre.
Solbes fue uno de los ponentes de la conferencia celebrada en Bruselas sobre "cómo asegurar el éxito duradero al euro".
La contribución del comisario, como la mayoría del resto de ponentes, clamó por la perentoria necesidad de reformas estructurales que permitan aprovechar el potencial de la unión monetaria.
"El euro no es un objetivo en sí mismo, sino un medio", indicó Christa Randzio-Plath, presidenta del comité de Asuntos Económicos y monetarios del Parlamento Europeo. Para la parlamentaria alemana, la moneda única no hará "progresar la integración europea", como auguraba en el mismo foro Didier Reynders, ministro belga de Finanzas y presidente de turno del Eurogrupo. Randzio-Plath, en cambio, opina que "el euro revelará todos los problemas que persisten, pero no sanará las heridas que aún fragmentan el mercado". Solbes presentó ayer, precisamente, los indicadores estructurales que revelan la falta de liberalización en sectores como el energético o el de telefonía.
El profesor Alexandre Lamfalussy compartió ese diagnóstico y acusó a los Gobiernos de frenar la consolidación de sectores vitales para la economía, como el transporte aéreo o los mercados financieros. "En todas las áreas en que se avanza despacio significa que hay barreras proteccionistas escondidas", denunció .
Reynders prometió una mayor coordinación de las políticas económicas y vaticinó un aumento del poder del Eurogrupo, el foro informal que agrupa a los ministros de Economía de la zona euro. Lamfalussy completaba la receta. El Eurogrupo necesita un presidente que no sea ministro de Economía, disponer de personal propio "altamente cualificado y fijarse plazos inaplazables para sus objetivos.