Reynders admite que la UE pudo tener un crecimiento negativo en el tercer trimestre
La Unión Europea continúa notando los efectos de la desaceleración económica y de la crisis política internacional abierta tras los atentados contra Estados Unidos. El ministro de Economía belga, Didier Reynders, que ostenta la presidencia del Consejo de Ministros de la UE (Ecofin) hasta fin de año, admitió ayer que la economía europea pudo haber registrado un crecimiento negativo en el tercer trimestre de este año. "Estoy seguro de que los sucesos del 11 de septiembre provocaron una mala coyuntura en el tercer trimestre; cuatro días sin actividad aérea es una buena razón para pensar que en ese periodo se ha sufrido un crecimiento negativo de la economía", dijo en una entrevista a Reuters. Reynders no descartó tampoco que el crecimiento negativo se extienda también al cuarto trimestre del año.
No obstante, el ministro belga abogó por una recuperación del área en el próximo año, hasta alcanzar un crecimiento del 1,7% al 1,8% en 2002, que sería del 1,3% al 1,5% en la zona euro, "siempre que la economía nortea-mericana se recupere en la primera parte del año". Rebajas adicionales de tipos de interés ayudarían a ello.
Optimismo
Las previsiones de Reynders para el próximo año son algo más optimistas que las del Fondo Monetario Internacional (FMI), que se harán públicas dentro de dos semanas. Según adelantó ayer, el secretario general de Política Económica, Luis de Guindos, el FMI prevé una cierta recuperación de la economía mundial. Según sus indicaciones, la Unión Europea (UE) crecería en 2002 "en torno al 1,5%" y Estados Unidos, en un ciclo más avanzado, "alrededor del 1%", después de haber pasado un breve periodo de crecimiento negativo.
No obstante, la clave pasa por delimitar el efecto de los atentados sobre la confianza de los consumidores, algo que, hoy por hoy, ninguna institución se atreve a pronosticar, diseñando para ello diferentes escenarios macroeconómicos.
En este sentido, el FMI reconoce que la economía española es una de las más dinámicas dentro de la UE, siendo posible que siga creciendo por encima de la media comunitaria, a pesar de la incertidumbre económica internacional.