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Toshiba y NEC pierden más de 230.000 millones debido a la crisis tecnológica

La crisis tecnológica sigue pasando factura. Ayer, dos empresas japonesas de renombre, Toshiba y NEC, anunciaron unas pérdidas que suman 1.396,86 millones de euros (232.418 millones de pesetas). Por otra parte, el retraso de la tecnología para la tercera generación de móviles ha sido la puntilla para un sector marcado por la caída de la demanda. Y Nortel es un buen ejemplo. La empresa canadiense tiene en marcha una reducción de 50.000 empleos, del que España no es ajena.

Los problemas de las empresas ligadas a la tecnología se extienden. Ayer, dos de las mayores compañías de Japón anunciaron números rojos en su primer semestre fiscal. Toshiba y NEC no han podido superar la caída en el precio de los chips y en las ventas de PC. La primera ha perdido 1.124 millones de euros (187.122 millones de pesetas), mientras que la segunda ha cedido 272,2 millones de euros (45.296 millones de pesetas). Las dos tenían beneficios un año antes.

Pero éste no es el único segmento de las empresas tecnológicas con dificultades. El retraso de la tercera generación de móviles ha cambiado la vida de sociedades como Nortel. El fabricante canadiense de equipos de telecomunicaciones ha sido una de las empresas más agresivas en España en su lucha por conseguir contratos de suministro de tecnología UMTS. La estrategia dio sus frutos y logró acuerdos globales con Airtel-Vodafone y Xfera, así como el suministro de partes fundamentales de la red de Telefónica Móviles.

La consecuencia de esta política fue un crecimiento espectacular en la plantilla, dimensionada para dar respuesta a las previsiones de demanda. En menos de un año, Nortel pasó de una plantilla de 60 personas a más de 700. En el mundo, la cifra se disparó a 94.500. La crisis económica, la caída de la demanda y el retraso sine die del UMTS han hecho impracticable una compañía con estas cifras de empleo. En España, Xfera ha congelado su proyecto y ya pocos dudan de que el Gobierno tendrá que retrasar otra vez la fecha oficial de lanzamiento de los servicios de tercera generación, previstos para junio de 2002.

Para poner fin a la sangría en la cuenta de resultados (se prevén 651.000 millones de pesetas de números rojos en el tercer trimestre) e implementar un profundo plan de ahorro de costes, la empresa canadiense comenzó el año con el anuncio escalonado de un plan de recorte de empleo de 30.000 personas. Hace 20 días decidió sumar otros 20.000 al programa. En total, serán 50.000 los despedidos, con el objetivo de dejar la plantilla en unos 45.000.

Hasta un 20%

Este ajuste "afectará seguro" a las actividades de Nortel en España, aseguraron ayer fuentes oficiales de la compañía. Lo que no se sabe es "de qué manera ni a cuántas personas afectará". Según diversas fuentes, el recorte puede afectar hasta a un 20% de los 700 empleos españoles.

En su carrera por conseguir contratos de UMTS en España, Nortel apostó por la guerra de precios fundamentada en las agresivas condiciones de financiación ofrecidas. Su política nunca ha sido desvelada, pero sus rivales aseguran que se comprometía a instalar la red y a pagarla, a la vez que asumía importantes penalizaciones en caso de incumplimiento.

El último episodio de la crisis de Nortel en España ha sido con Airtel-Vodafone, compañía que considera que la red experimental de móvil multimedia de 15.000 millones y 150 estaciones base desplegada para ella por la canadiense todavía no está en condiciones de ser aceptada.

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