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El sector postal español toma medidas para evitar el carbunco

El temor ante un ataque bacteriológico a través del sistema postal ha puesto en vilo a las principales empresas de mensajería y de correos. Aunque "en España no hay motivos para alarmarse", según la mayoría de los directivos, el sector prepara a sus trabajadores con nuevas recomendaciones para hacer más hincapié en la seguridad.

España no se encuentra entre los objetivos de los terroristas, según fuentes de Protección Civil. Sin embargo, las empresas de correo han comenzado a tomar medidas de seguridad en los más de 5.000 millones de envíos anuales, "a fin de evitar cualquier contagio con la bacteria de carbunco (ántrax)".

La sociedad estatal de Correos y Telégrafos y las empresas de transporte urgente descartan "cualquier tipo de preocupación" y piden que "no se haga alarmismo de la situación". Sin embargo, algunas de ellas están tomando medidas más especializadas para descubrir y tratar posibles casos de propagación de esporas.

Correos, por ejemplo, ha remitido un boletín interno con instrucciones sobre cómo actuar ante una carta sospechosa. En Estados Unidos, los envíos con carbunco en su interior suelen llegar sin dirección, con varios sellos, con un olor extraño e incluso con marcas de aceite.

En caso de que un envío reúna alguna de estas características, los trabajadores de Correos deberán "apartar la carta y meterla dentro de una bolsa de plástico; notificar la presencia del objeto al centro de seguridad y aislar el área donde se encuentra el sobre o el paquete". En caso de haberla manipulado, los empleados deben lavarse las manos con agua y jabón.

Ningún caso

Correos asegura que en España no ha aparecido hasta hoy ningún envío sospechoso en los centros de recogida ni en la red postal europea. "Adoptamos medidas sólo de prevención", según fuentes de la sociedad estatal. En centros como el de Melilla, Correos cuenta con dispositivos especiales en el servicio postal, "aunque hasta hoy no se ha dado ningún caso sospechoso".

En el departamento de seguridad de Seur en España también se está haciendo "especial hincapié en las medidas de seguridad", aunque, insisten, "siempre hemos utilizado todo tipo de precauciones para evitar atentados terroristas de ETA".

La compañía española competidora de Correos, Vía Postal, tampoco ve peligro en sus envíos dirigidos a empresas o particulares, incluidos en un círculo de envíos cerrado. " En este proceso de recogida de las cartas podríamos reconocer a la perfección al remitente en caso de un envío sospechoso", aseguran.

El gerente de la empresa de mensajería DHL, Gabriel Hernández, apunta que "la compañía está utilizando en Estados Unidos rayos X y máquinas que detectan el polvo extraño. Además, las personas encargadas de supervisar la correspondencia están dotadas con los equipos exigidos por la normativa de seguridad sanitaria: mascarillas, vestuario desechable, látex y gorros".

Sin embargo, la mayoría de los responsables insiste en "tranquilizar a la población, ya que España no se considera objetivo de carácter prioritario en un posible ataque bacteriológico, por lo que, de momento, no "existe ninguna razón de alarma en el negocio postal".

No ocurre lo mismo en el Reino Unido. En ese país, el miedo a la guerra bacteriológica se ha disparado tras detectarse 31 casos nuevos entre los trabajadores del Senado en Estados Unidos, expuestos al carbunco.

Ayer, los trabajadores de la oficina principal de correos de la ciudad inglesa de Birminghan abandonaron el edificio después de detectarse una carta sospechosa que estaba dirigida al primer ministro Tony Blair.

Los 15 empleados de la compañía postal que tuvieron la carta en sus manos fueron trasladados a un centro cercano para someterse a un examen médico. Después de detectarse varios casos falsos de carbunco, el ministro británico del Interior, David Blunckett, advirtió que " los bromistas que den falsas alarmas de carbunco pueden ir a prisión".

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