Chávez pide ayuda a los productores ajenos a la OPEP para subir el precio del crudo
La organización informó ayer de que el barril de la cesta cerró el martes a 19,48 dólares, el precio más bajo desde agosto de 1999.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que produce el 40% del petróleo mundial, necesita la colaboración de otros productores para frenar la crisis del sector, motivada por la fuerte reducción de la demanda energética. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se ha embarcado en lo que ha definido como una "cruzada" para evitar el desplome del mercado.
Chávez, cuyo país es miembro fundador de la OPEP, se entrevistó ayer en Viena con el secretario general del cartel, el también venezolano Alí Rodríguez, e insistió en la necesidad de que el precio del crudo vuelva cuanto antes a la banda de los 22 dólares.
El mandatario se refería a la cesta de siete tipos de crudo con la que el cartel estudia del mercado. La organización informó ayer de que el barril de la cesta cerró el martes a 19,48 dólares, el precio más bajo desde agosto de 1999. El barril del cartel entró así en su decimoséptimo día consecutivo por debajo de los 22 dólares; precio a partir del cual se disparan las alarmas en los países de la OPEP. De hecho, Irán y Arabia Saudí aseguraron ayer que harán todo lo posible para impulsar la cotización.
La solución no parece que pase por otro recorte de la producción. Chávez señaló ayer que sería "inútil" un nuevo recorte si este no es respaldado por los productores ajenos a la OPEP, al tiempo que advirtió de que una guerra por el control del mercado podría provocar una caída de más cinco dólares por barril.
Las declaraciones apuntaban a Rusia y México, países que han prometido ayudar la OPEP. Sin embargo, las acciones contradicen las buenas palabras de esas dos naciones. Rusia continúa aumentando su producción y los recortes de México han sido tibios.
Los ministros de la OPEP asisten en definitiva al desplome imparable de los precios ante la caída de la demanda que es ya una realidad en el caso del combustible aéreo. Las previsiones de un escaso crecimiento de la demanda en 2002 están golpeando las cotizaciones: el barril de brent ha caído un 25% desde los atentados del 11 de septiembre y cada vez se aleja más de los 22 dólares.