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POLÍTICA

Un alto cargo de la CNMV insinúa que Economía ayudó a Gescartera

El director general de entidades de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Juan Carlos Basallote, insinuó ayer que el Ministerio de Economía facilitó la conversión de Gescartera en agencia de valores rebajando las condiciones que la propia CNMV impuso en un principio para dar este paso.

Basallote incurrió ayer en numerosas contradicciones al relatar las razones que condujeron a la CNMV a autorizar la conversión de Gescartera en agencia de valores, medida que facilitó a sus directivos aumentar el margen de maniobra en los mercados financieros y, quizá, elevar el volumen del dinero estafado.

La documentación recibida en la comisión de investigación prueba que la orden ministerial firmada el 1 de septiembre de 2000 por el secretario de Estado de Economía, José Folgado (por delegación de Rodrigo Rato), sólo estableció a Gescartera como condición para transformarse en agencia que formalizara la entrada de la Fundación ONCE en su capital en un porcentaje del 10% (alrededor de 1.000 millones de pesetas).

Sin embargo, los requisitos previos establecidos desde la propia CNMV para autorizar esta conversión fueron mucho más exigentes. Incluían la adquisición por la ONCE del 10% de la nueva agencia de valores, del 20% de la gestora de pensiones de Gescartera y del 25% del holding empresarial de Antonio Camacho, el principal accionista de la agencia.

Tan claras tuvo la CNMV estas condiciones que el 31 de enero de 2001 el director general de entidades de la Comisión, Juan Carlos Basallote, remitió un requerimiento al directivo de Gescartera Javier Sierra de la Flor en el que le amenazaba con dejar en suspenso la inscripción en el registro de la CNMV de la agencia de valores si no se le acreditaba la participación de la Fundación ONCE en un 25% del capital social de Gescartera Holding.

Dos días después, el director general de Gescartera, José María Ruiz de la Serna, contestó al requerimiento con una carta en la que daba cuenta del proyecto de dar entrada a la Fundación ONCE en el accionariado "sin prisa pero sin pausa". El 12 de febrero, el propio Basallote obviaba las condiciones impuestas en un principio a Gescartera y comunicaba a sus responsables el acuerdo adoptado por la CNMV de inscribir a la sociedad como agencia de valores.

Responsable subsidiaria

El máximo responsable de la ONCE, José María Arroyo, manifestó el pasado septiembre que no se enteró de la participación de la fundación en Gescartera hasta el 14 de junio, fecha en la que la CNMV intervino Gescartera. Con posterioridad, intentó demostrar que no hay documento alguno que acredite la participación formal de la ONCE en la agencia. Si se llegara a demostrar lo contrario, dicha organización podría ser declarada responsable civil subsidiaria.

Basallote negó ayer durante su comparecencia ante la comisión de investigación haber incurrido en prevaricación, delito que el Código Penal atribuye a la "autoridad o funcionario público que, a sabiendas de su injusticia, declare una resolución arbitraria en un asunto administrativo". Al mismo tiempo, admitió que el Ministerio de Economía facilitó con su decisión el deseo de los directivos de Gescartera.

El director de entidades de la Comisión negó también haber conocido durante este periodo que su primo Alberto Alonso Ureba trabajaba en el despacho de abogados que asesoraba a Gescartera. De haber sido así, advirtió Basallote, se hubiera inhibido en el expediente que hizo posible la transformación de la compañía en agencia de valores.

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