De la Rúa se ve obligado a pactar el déficit cero tras la derrota electoral
Los comicios legislativos del domingo en Argentina, dejan al presidente Fernando de la Rúa en minoría, tanto en el Congreso como en el Senado, frente a los peronistas. En Buenos Aires, numerosas voces demandan cambios en la política económica del Gobierno.
Las cosas se le han puesto un poco más cuesta arriba al presidente Fernando de la Rúa y a su ministro de Economía, Domingo Cavallo, tras los resultados de las elecciones legislativas realizadas este fin de semana en Argentina para renovar totalmente el Senado y la mitad de la Cámara de los Diputados.
El principal partido de la oposición, el Partido Justicialista (peronistas), revalidó su mayoría en el Senado y pasó a convertirse en la primera minoría de la Cámara de los Diputados. Igualmente, se alzó con la victoria en 17 de las 24 provincias, y todas ellas importantes.
De esta forma, el Gobierno de De la Rúa, formado por la coalición de la Unión Cívica Radical y el Frepaso (Frente del País Solidario), se verá obligado a contar con los peronistas, hasta ahora fuera del Gobierno, para poder sacar sus reformas adelante en las Cámaras mediante consensos. Esto se interpreta como la necesidad de un cambio de las directrices económicas actuales y sobre las que los peronistas han mostrado su disconformidad. Incluso, no se descartan cambios en la actual composición del Gobierno argentino.
Las reacciones en Buenos Aires eran bastante unánimes: las elecciones han dejado claro el malestar de los ciudadanos con la línea económica llevada desde el Ejecutivo. De aquí que el verdadero ganador de las elecciones fuese "el voto bronca", como la prensa argentina ha denominado a los votos nulos o en blanco, hasta el punto de que en Buenos Aires fueron más estos sufragios, un 23,3%, que los que obtuvo el primer partido, el gobernante Alianza, que alcanzó un 21,4%. La desconfianza en la clase política mostrada en estos comicios es histórica, ya que no existen antecedentes similares.
El fracaso de la política económica era reconocido hasta desde el propio Gobierno. El jefe del Gabinete de Ministros, Chrystian Colombo, admitió que "la gente expresó mayoritariamente que está disconforme con los resultados económicos" obtenidos por el Gobierno.
Varios empresarios realizaron declaraciones en este sentido. Así, Guillermo Dietrich, presidente de la Cámara del Comercio Automotor, considera que "si el Gobierno no da señales de confianza, no se reactivará el consumo" y matizó que "los consumidores necesitan un empujón con medidas que alienten la actividad". Y llegó más lejos: "Quienes administran el país tienen que ser más carismáticos, ya que ahora deben manejar a la Argentina sin el respaldo del Congreso".
En esta línea, Osvaldo Cornide, titular de la Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresariales, estimó que las urnas reflejan un "manifiesto rechazo" a la política económica.
A pesar del resultado de las urnas, la Bolsa bonaerense no mostró nerviosismo, con bajadas durante todo el día rondando el 1%. Aún así, sí se mantuvo expectante ante posibles anuncios de nuevas medidas económicas. En cierta forma, los resultados ya han venido cotizando. El viernes las agencias de rating Moodys y Fitch rebajaron su calificación de la deuda argentina. Por su parte, el índice de riesgo-país, que muestra la desconfianza de los inversores, empeoró ayer hasta colocarse en los 1.850 puntos.