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La red española de terminales de pago es la mayor y la menos rentable de la UE

La productividad de la red española de terminales de punto de venta se encuentra en el vagón de cola europeo. A pesar de contar con la mayor red de estos puntos de pago, sólo un 38,4% del volumen de dinero movido a través de tarjetas hasta junio se destinó a compras. El pago de adquisiciones con dinero de plástico se encuentra con los obstáculos de la fuerte orientación al débito de los clientes y la tupida red de cajeros de los bancos, la segunda del mundo. La banca, según el sector, se ha hecho la competencia a sí misma.

La red de terminales de punto de venta -los llamados TPV, que sirven para pagar con tarjetas bancarias en los comercios- desplegada por el territorio español es la mayor de Europa, con más de 18.300 unidades por millón de habitantes y un total de 848.373. España le saca casi 6.000 TPV por millón de habitantes al país que ocupa el segundo puesto en la clasificación, Dinamarca; y poco menos de 7.000 al tercero, Luxemburgo.

Sin embargo, esta red es una de las menos productivas de Europa, según afirmaron diversos representantes del sector de medios de pago en el seminario Retos Tecnológicos del Sector Financiero, organizado la pasada semana en Cádiz por el fabricante de TPV Ingenico.

Apenas un 35,9% del total de operaciones que se llevaron a cabo con tarjetas bancarias en España hasta diciembre de 2000 fue con el objetivo de hacer una compra en un establecimiento. En junio de este año, este porcentaje había crecido hasta el 38,4%, aunque se ha producido un trasvase hacia las compras a débito.

España, además, es uno de los países de la UE en los que se lleva a cabo un menor número de transacciones monetarias: sólo supera a Italia y a Alemania. Además, los españoles tienen pocas tarjetas bancarias: cada habitante del Reino Unido posee 1,6; los estadounidenses, 2,25; los suizos, 1,07 tarjetas. Los españoles sólo tienen 1,02 tarjetas por persona.

Las razones son variadas. Según Carlos Jaque, director general de la filial española de Ingenico, las entidades financieras, a diferencia de lo que sucede en otros países, no cobran a los establecimientos por instalar TPV, lo que aumenta su presencia.

El consejero director general del Sistema 4B en España, Alfonso de la Viuda, cree que los usuarios de banca tienen una "fuerte orientación al débito", lo que les hace reticentes a comprar a crédito con tarjetas y se provoca así una baja cuota de financiación, opinión que compartieron los directivos de Visa España, Eduardo Merigó; y de Euro 6000, Santiago Ballesteros.

Por otra parte, la liquidez en manos de los usuarios de tarjetas en muy grande, debido a la extensísima red de cajeros automáticos que hay en España: con 962 aparatos por millón de habitantes es la segunda mayor red del mundo, sólo superada por la japonesa, según los datos de 4B. En tercer lugar se coloca Corea del Sur, país que, con toda probabilidad, adelantará a España en 2002.

"Hay mucha facilidad de acceso al dinero en metálico por parte de los usuarios de entidades financieras", asegura De la Viuda. "Es decir, que la banca es la primera que se ha hecho la competencia a sí misma instalando tantos cajeros". Las cifras apoyan las tesis del directivo del Sistema 4B. En 1999, las compras a través de tarjetas supusieron el 6,2% del total del consumo privado. A pesar de que este porcentaje ha subido en junio hasta un 8%, sigue lejos del 9,8% de Irlanda, del 12,3% de la media europea, del 12,2% de Holanda y, sobre todo, del 21,9% que se registra en el Reino Unido.

En España, los usuarios efectuaron entre enero y marzo operaciones con tarjetas por valor de 3,9 billones de pesetas (23.400 millones de euros), un 2,3% más que un año antes. De esta cantidad, 2,3 billones fueron operaciones de retirada de efectivo. Los pagos en comercio con tarjeta de débito crecieron un 19,7%. El aumento registrado por las de crédito se quedó en un 12,3%.

El sector ve difícil que varíen a medio plazo las costumbres de los usuarios, ya que el mercado de las tarjetas "está muy maduro", según De la Viuda, y ya se han creado los hábitos de consumo. "Al final, será inútil implantar el EMV -estándar de tarjetas con microchip lanzado por Europay, Mastercard y Visa- si la gente sigue tirando de cajero".

 

Mobipay entra en periodo de pruebas

El servicio de pagos a través del móvil Mobipay -lanzado por el Santander Central Hispano, el BBVA, Telefónica, Vodafone España y el 80% del sector bancario español- entra en una fase de pruebas piloto en determinados establecimientos. A finales de mes se llevará a cabo un test controlado en un centro comercial de la Comunidad de Madrid, según afirmaron fuentes cercanas al proyecto.

El consejero delegado de Mobipay España, José Luis Martínez Dalmau, afirmó durante las jornadas organizadas por Ingenico que el proyecto ha sufrido un retraso motivado por la cantidad de entidades que lo forman. Dalmau rehusó precisar la fecha en que Mobipay comenzará a operar.

Durante el seminario, el directivo aseguró que el éxito del pago por móvil no depende tanto de la tecnología que se aplique como del modelo de negocio implantado, algo que quedó claro tras el fracaso del monedero electrónico, para el que cada entidad llevó adelante su propio estándar y no logró suficientes clientes. Los expertos creen que los tres sistemas (Mobipay, el de La Caixa, y Paybox, del Deutsche) tendrán que confluir en uno si quieren ser rentables. Baldomero Falcones, director general del Santander, se daría por satisfecho si Mobipay consiguiera beneficios en 2004.

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