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El sector aéreo sufrirá cierres en Europa y fusiones en EE UU

Las severas medidas de ajuste que la mayor parte de las líneas aéreas están poniendo en marcha para hacer frente a la crisis derivada del ataque terrorista a Estados Unidos el pasado 11 de septiembre es, a juicio de los analistas del sector, la punta del iceberg de una reestructuración de mucho mayor calado, que conducirá a una enorme consolidación industrial. La previsión es que el negocio aéreo no vuelva a ser nunca lo que ha sido hasta ahora. De momento, parece cebarse especialmente en las compañías aéreas de bandera.

El dramático atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York y el edificio del Pentágono en Washington cambió muchas cosas y, sin duda, las seguirá cambiando en el futuro. Las primeras convencidas del cambio que se avecina han sido las compañías aéreas, que han visto cómo se hundía su mercado y subían los costes de aseguramiento. æpermil;stas se han lanzado a la carrera del recorte de empleos y la actividad.

La extrema debilidad general del sector aéreo en el mundo se va a convertir, a juicio de los expertos, en una auténtica reválida para las compañías, que va a poner a prueba su arquitectura financiera y su solvencia. De momento, ya han caído dos: la suiza Swissair y la belga Sabena, que no saldrán de la crisis como entraron. De hecho, la situación puede dejar a muchos países europeos sin empresas de bandera, un orgullo nacional que en algunos casos tiene los días contados.

A juicio de algunos analistas, "si las autoridades de la competencia lo permiten, se producirán nuevas operaciones de compraventa y fusiones a gran escala en Estados Unidos". En Europa, este proceso de concentración estaría supeditado a la creación del espacio aéreo único que obligaría a revisar los tratados entre la UE y Estados Unidos. Las autoridades norteamericanas sólo reconocen un punto de origen para los vuelos europeos con destino en EE UU, lo que supone que actualmente desde Europa existen 15 puntos de origen. Con un espacio único, "no sería rentable ni viable para una hipotética empresa fusionada volar, por ejemplo, desde España a Nueva York y desde Reino Unido a Los Ángeles". Para lo que sí servirá, sin duda, la crisis es para que el mercado se vuelva aún más duro que antes del atentado y en ese entorno las empresas que sobrevivan saldrán reforzadas.

Y basta sólo un par de datos históricos para comprobar el calado de la crisis si la incertidumbre continúa. Durante los últimos años el negocio aéreo ha crecido a tasas del 5% y 6%. Sólo decreció en 1992, con ocasión de la guerra del Golfo, cuando el negocio cayó únicamente un 1,3%. "Ese año, las compañías aéreas perdieron tanto dinero como habían generado en toda su historia".

Los expertos consultados explican que "algo se aprendió de aquello; ahora los costes son más flexibles, se han generalizado sistemas más abiertos para financiar la compra de aviones y combustible y el coste laboral está más ajustado, aunque los márgenes son igual o más cortos, por eso creo que los que no hayan aprovechado buenos tiempos lo pasarán muy mal".

Poca exposición

En el concreto caso español, los medios consultados explican que Iberia no debe estar entre las empresas con mayor exposición a la crisis. "Cierto que se está deprimiendo todo el sector, pero donde la caída es dramática es en el Atlántico Norte y en esa área Iberia sólo desarrolla el 4% de su actividad".

Las que sí se están aprovechando ya son las pequeñas compañías aéreas que actúan sobre nichos (Virgin, EasyJet, etc.) que debido a su mayor flexibilidad aprovechan la menor cintura de las grandes empresas para ocupar mercado, "pero a pesar de que de forma puntual pueden cosechar importantes éxitos, ninguna tiene estructura para dar un gran salto aprovechando la mala coyuntura".

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Un ajuste laboral desproporcionado

Las espectaculares medidas de ajuste laboral, que afectan ya a unas 150.000 personas, y de negocio que como fichas de dominó han ido cayendo sobre las compañías aéreas de todo el mundo empiezan a ser consideradas desproporcionadas. El pasado viernes, Loyola de Palacio, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Transporte y Energía, aseguró que el problema del sector aéreo en la Unión Europea es anterior al 11 de septiembre "porque desde hace ya unos años, y lo he dicho en los últimos meses de manera muy señalada, hace falta una reestructuración del sector europeo". "Cuando ves que la compañía más importante de la Unión Europea, Lufthansa, queda por detrás de la cuarta de Estados Unidos, nos damos cuenta de que hay problemas en el sector aéreo europeo".

Las estimaciones globales aseguran que en Estados Unidos, las aerolíneas han despedido ya al 30% de sus plantillas y en Europa se ha hecho lo mismo con alrededor del 15% de los empleados. "Unas cifras que parecen desproporcionadas si uno se sienta a comprobar con sosiego lo que verdaderamente ocurre", indican los expertos consultados. "Los vuelos siguen saliendo llenos, los aviones tienen una enorme tasa de ocupación. Lo que verdaderamente cae son las reservas y eso asusta mucho porque no permite realizar una ajustada previsión de tu negocio, pero entendemos que la incertidumbre está provocando que las decisiones de volar se aplacen hasta que no se aproxima la fecha del viaje", dicen.

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