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El consumo familiar pierde vigor en el segundo trimestre y crece un 2% real

Los hogares españoles comienzan a tener psicosis de crisis. Ya en el segundo trimestre el consumo de las familias creció de forma más moderada que en 2000 y cambió significativamente la percepción que tienen de las expectativas económicas. Prácticamente la mitad de las familias creen que ya no es buen momento para hacer compras importantes. Hace un año sólo 4 de cada 10 hogares pensaban así.

El gasto de los hogares españoles perdió vigor en el segundo trimestre del año. Pese a mantener aumentos notables, sólo son ya la mitad de los registrados en 2000 o incluso en el primer trimestre de este año, según la encuesta continua de gastos familiares difundida ayer por Estadística.

El gasto total de los hogares (el realizado por todos los hogares españoles) creció un 4,66% en términos reales en el segundo trimestre en relación con el mismo periodo del año anterior. Este avance todavía abultado es imputable en buena parte al aumento del empleo en España y a la creación de nuevos hogares. Pero el gasto unitario (el de cada hogar tomado individualmente) sólo creció un 2,09%, frente a tasas reales del 4% durante todo el año pasado, y da una idea más fidedigna del comportamiento de las familias ante el consumo.

Esta moderación en el consumo, tanto el unitario como el agregado de todos los hogares, se refleja también en los cambios que los hogares han experimentado en la percepción de la situación económica nacional. No se han producido cambios en la situación particular de los hogares, ya que los niveles de ahorro y el grado de dificultad para llegar a fin de mes se mantienen prácticamente igual que hace un año, con un empeoramiento mínimo.

Futuro pesimista

Sin embargo, el gran cambio se produce en la percepción que tienen sobre el futuro. El 47,7% de los hogares (prácticamente uno de cada dos) cree que éste (el segundo trimestre) no es el momento adecuado para hacer compras importantes (exceptuando vivienda). Por tanto, la previsión que se tiene sobre el comportamiento del empleo y de la economía doméstica para el futuro es al menos de duda, según los datos aportados por la encuesta de presupuestados familiares del Instituto Nacional de Estadística.

Esta opinión de las familias podría deteriorarse más en el tercer trimestre del año, ya que además de producirse una evolución pesimista del empleo, se ha producido la precipitación de la economía estadounidense hacia la recesión, lo que podría influir negativamente en la actividad en España.

El Ministerio de Economía de España ya advertía que tras 18 meses con depresión en el mercado bursátil el efecto riqueza que había cebado la confianza de las familias en los últimos años se ha tornado en efecto pobreza y ha disipado tal confianza, apareciendo los comportamientos más austeros.

Ahora sólo el 13,5% de las familias cree que están en el momento adecuado para efectuar compras importantes, aquellas que precisan en condiciones normales de un desembolso importante y, por ello, de financiación ajena, de endeudamiento. En comunidades como Madrid sólo el 6,9% de las familias considera que es un momento adecuado para embarcarse en compras importantes.

Y los mayores grados de pesimismo se concentran en la Comunidad Valenciana, donde el 70% cree que el momento es inadecuado; esta variable llega al 60% en Andalucía y al 64,7% en Baleares. Y donde más se ha deteriorado la confianza es en Baleares, Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia y Navarra, donde el porcentaje de crecimiento de opiniones negativas ha subido más de 10 puntos en el último año. æscaron;nicamente ha mejorado en Canarias, Galicia y ligeramente en Cantabria.

Reparto del gasto

Por lo que se refiere al reparto del gasto de los hogares, el destinado a alimentación, bebidas y tabaco, prácticamente se estancó en el segundo trimestre sobre el mismo periodo del año anterior. Medido de forma unitaria, registró un descenso del 2,26% en términos reales. Por tanto, todo el dinamismo del consumo se concentró en el gasto en otro tipo de consumos.

Entre abril, mayo y junio cada hogar gastó 830.392 pesetas, de las que destinó 170.734 a alimentación, y 659.658 pesetas, a otros gastos. Por tanto, la alimentación sólo absorbe ya el 20,48%. Hace cuatro años, en el segundo trimestre de 1997, el consumo alimenticio de los hogares suponía el 21,96% del gasto.

El consumo medio por persona fue de 273.325 pesetas, de las que 56.197 se destinaron a alimentos y bebidas, y las otras 217.128, al resto.

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