Xfera da ocho semanas al Gobierno para decidir el futuro de la empresa
Xfera ha pasado de la amenaza a la súplica. Después de estudiar todas las opciones, el cuarto operador de telefonía móvil ha dejado su futuro en manos de la Administración. Si el Gobierno no le da ninguna salida, como sería la concesión de frecuencias en GSM, en el plazo de dos a ocho semanas, Xfera congelará su proyecto hasta la llegada del UMTS, una tecnología que, según las previsiones más optimistas, puede tardar aún año y medio.
El cuarto operador de telefonía móvil UMTS ha reconocido que depende del Gobierno para subsistir. El retraso de la tecnología de tercera generación hace inviable su proyecto, a no ser que cuente con frecuencias para operar en el actual estándar GSM. Esta decisión sólo puede ser tomada por la Administración y, por primera vez, Xfera le ha puesto plazo. Si el Ejecutivo no le concede espacio radioeléctrico en las próximas dos a ocho semanas, no quedará más remedio que dejar la empresa en hibernación hasta la llegada del UMTS.
En una rueda de prensa del presidente de Xfera, Ángel García Altozano, y del consejero delegado, Antonio Cantón, ambos directivos lanzaron el mensaje de que están preparados para salir al mercado tras haber invertido 400 millones de euros (66.554,40 millones de pesetas) en el despliegue de una red compatible para GPRS y UMTS. Sin embargo, no comercializarán ningún servicio si el Gobierno no les da espectro, ya que sin él el acuerdo de itinerancia con Airtel generaría pérdidas insostenibles.
"Tenemos un problema y no es otro que el retraso del UMTS", aseguraron. En el horizonte, las previsiones más optimistas apuntan a que la tercera generación sólo mostrará las primeras evidencias muy a finales de 2002 y que habrá que esperar a diciembre de 2003 para constatar su existencia comercial. Con este escenario, congelar la empresa implicará ralentizar las inversiones y "adecuar" la plantilla. En estos momentos, Xfera cuenta con 600 empleados y, según fuentes cercanas a la compañía, la hibernación pondrá en peligro 400 puestos de trabajo.
Los directivos del cuarto operador explicaron que todavía no se han sentado a echar cuentas sobre este tema, ya que confían en que el Gobierno les dé una salida. Esta confianza se basa, aseguraron, en los reiterados anuncios de la ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, de la intención de ampliar la competencia en móvil con la entrada de un nuevo operador este mismo año.
De hecho, la responsable de las telecomunicaciones españolas afirmó en una de sus últimas intervenciones públicas que pronto estaría preparado un marco estable que permita la llegada a España del Internet móvil al margen del UMTS. Esta posibilidad sólo puede materializarse a través del GPRS, lo que ha disparado las esperanzas de Xfera.
Otras alternativas
La compañía participada por ACS y Vivendi insiste en que no pretende ser objeto de trato de favor. Ciencia y Tecnología ya ha rechazado la concesión directa de espectro, "pero hay otras alternativas". Entre ellas, la convocatoria de un concurso para adjudicar las frecuencias que han quedado disponibles en Moviline.
Dentro del Gobierno existe una clara predisposición a ayudar a Xfera, lo que no está claro es qué fórmula jurídica escoger para que no sea cuestionable. Además, tanto García Altozano como Cantón resaltaron que el Ejecutivo les ha incitado a desplegar una red que pudiera ser utilizada para dar GPRS. Ellos han hecho los deberes, señalan, ahora le toca al Gobierno, con quien mantienen un intenso cruce de "reflexiones".
Los dos ejecutivos de Xfera hicieron frente común, negando cualquier muestra de flaqueza de los accionistas ante las dificultades económicas de la empresa. El 7% en manos de Mannesmann será adquirido proporcionalmente por los principales accionistas en cuanto termine el proceso de fijación de precio, explicaron para reforzar el mensaje. En cuanto a la polémica tasa del móvil, Xfera ha acogido con agrado la reducción de la cuantía, pero insiste en que el precio es desproporcionado y que supone la ruptura unilateral de las reglas del juego.