Los ganaderos denuncian la presencia de arena en los piensos
Al menos algunas partidas de harinas de carne, materia prima en la elaboración de piensos para animales, están siendo formuladas con arena para incrementar los márgenes económicos, según un estudio del Consejo Económico y Social de Castilla y León.
Al menos algunas partidas de harinas de carne, materia prima en la elaboración de piensos para animales, están siendo formuladas con arena para incrementar los márgenes económicos, según un estudio del Consejo Económico y Social de Castilla y León. Los ganaderos dudan si el sílice era empleado ya antes de la prohibición de estas harinas para erradicar la EEB, a finales de 2000. UPA ha presentado una demanda ante la Fiscalía Anticorrupción. Además, se han detectado materias transgénicas en las harinas que actualmente consumen los animales.
El estudio elaborado por el Consejo Económico y Social de Castilla y León señala que el sílice es una "materia inerte" y, según las consultas que varios agricultores han realizado en medios veterinarios, no goza de ningún beneficio para la dieta animal, por lo que deducen que el único objetivo de su presencia es incrementar fraudulentamente el peso de las harinas y, por tanto, el precio de las mismas.
Los ganaderos dudan ahora, puesto que no hay estudios al respecto, si el extraño aditivo ha sido incorporado a las harinas de carne antes o después de su prohibición a finales de 2000 (eran el agente de infección de la encefalopatía espongiforme bovina), pues el análisis del CES de Castilla y León ha sido realizado en junio pasado.
En el primer caso, sostiene un contrainforme de la Unión de Pequeños Agricultores, "el contenido proteico sería inferior al que expone la etiqueta y además podría generar problemas gástricos en los animales". Y en el segundo caso el fraude sería igual de sangrante, puesto que la Administración está subvencionando la destrucción de harinas cárnicas a razón de 36 pesetas el kilo. En ese caso "la Administración estaría pagando la arena a precio de oro", concluye la citada organización.
El propietario de una incineradora que no quiere identificarse por temor a represalias sostiene que el fraude es generalizado y que la prueba más evidente es que cuando se queman las harinas la arena va cristalizando en las paredes del horno por su combustión más lenta.
Todo este escenario ha provocado que la UPA presente una demanda ante la Fiscalía Anticorrupción para que se investiguen los hechos. El citado estudio, dirigido por el profesor de la Universidad de Valladolid, Gregorio Antolín Giraldo, ha sido desarrollado con el ánimo de analizar las consecuencias medioambientales en la destrucción de las harinas de carne y el posible aprovechamiento energético de las mismas. La normativa comunitaria ordena destruir las harinas cárnicas desde finales de 2000 y así evitar que sean ingeridas por animales.
Sin embargo, la retirada de la cadena alimentaria animal de este tipo de alimentos, puede acarrear un nuevo problema. Los alimentos que se utilizan como alternativa, harinas vegetales, pueden estar siendo fabricados con cultivos transgénicos prohibidos por nuestra legislación.