La degradación social amenaza la estabilidad política argentina
El objetivo del encuentro, patrocinado por De la Rúa, era buscar un acercamiento que evite la declaración de un plan de lucha de esas dos centrales sindicales, en proceso de reunificación, contra la po-lítica económica oficial.
El pasado jueves, el presiden-te Fernando de la Rúa se reu-nió con los secretarios generales de las dos alas en las que está dividida la Confede-ración General del Trabajo (CGT, de orientación peronista).
El objetivo del encuentro, patrocinado por De la Rúa, era buscar un acercamiento que evite la declaración de un plan de lucha de esas dos centrales sindicales, en proceso de reunificación, contra la po-lítica económica oficial. Esas protestas, que se inicia-rían después de las elecciones legislativas del 14 de octubre, fueron anunciadas ha-ce 10 días por las dos CGT. El resultado del encuentro se saldó con un fracaso para el Gobierno.
El presidente goza de una popularidad del 4% y el 67% de la población está en -contra de su política, de acuerdo con una encuesta realizada por una consultora y publicada en uno de los principales periódicos de Buenos Aires.
Todos los sondeos para las próximas elecciones muestran una caída en picado del oficialismo, dividido en varias fracciones, y también del peronismo. Los dos partidos tradicionales, que sumaban el 90% de los votos en todos los comicios hasta hoy, no cuentan con más del 50% de adhe-siones, según las encuestas.
La falta de interés que suscitan las campañas de los partidos se combinan con una creciente tendencia al vo-to en blanco, que podría alcanzar cotas históricas, supe-rando el 10%, y a un aumento significativo de los partidos de izquierda, tradicionalmen-te minoritarios y sin arraigo popular.