Punto Verde propone cobrar la tasa de basura según el monto generado
Los 11 organismos, uno por país, que gestionan el llamado Punto Verde en Europa para la recuperación de envases y embalajes cerraron la semana pasada su primer congreso poniendo en tela de juicio la eficacia de su sistema de financiación actual para estimular la participación ciudadana. Propugnaron la modificación de los actuales impuestos de basuras para impulsar una modalidad de pago correlativo al volumen de residuos orgánicos que genere cada familia.
Madrid fue el escenario principal de la Semana Europea del Reciclado, dado que una nutrida asistencia de más de 500 representantes de las empresas europeas acudieron a la capital para asistir al primer congreso Pro Europe, siglas en inglés de la Organización para la Recuperación de los Embalajes de Europa, que representa a los 11 gestores del sistema del Punto Verde, que integra la recogida y reciclaje del papel, cartón, vidrio, plástico, metal y otros materiales ligeros.
Debido a que la legislación europea considera que, en último término, el distribuidor que pone un producto envasado en el mercado es el responsable de la recuperación del mismo, los fabricantes optaron en 11 países de la Unión por unirse a este sistema integrado de gestión por el que pagan determinadas cantidades por envase en concepto de costes de recuperación. El gestor de cada país -en España es Ecoembes- paga a su vez a los Ayuntamientos para sufragar los costes de la recogida selectiva.
Hasta ahora todos los costes de este servicio municipal se incluyen en los impuestos municipales sobre basuras, una partida que se diluye en la mayoría de los casos en el impuesto de contribución.
Los gestores del Punto Verde están tranquilos en cuanto a mercado: en Europa se generan 2.000 millones de toneladas de residuos al año, de los que sólo 40 millones son peligrosos y necesitan un tratamiento especial. Y calculan que un 60% de la basura doméstica corresponde a residuos de envases y embalaje. Como sea que su futuro depende del grado de contribución de los ciudadanos, los asistentes promovieron la formación de un grupo de trabajo en el seno del congreso para que estudiase las medidas de estímulo pertinentes.
El director de operaciones de Ecoembes, Ignacio Duque, presentó como una de las principales conclusiones del grupo de trabajo que "el impacto del pago de los ciudadanos por volumen generado de basura orgánica puede influenciar de forma decisiva en la recogida selectiva, porque hay una máxima que dice que lo que no se paga, no se puede apreciar". Duque señaló que en Bélgica se ha ensayado con éxito esta fórmula mediante bolsas con una capacidad específica y subrayó que "no se podrá ofrecer el servicio de recogida de basura orgánica muy caro a cambio de la gratuidad en la recogida selectiva, porque nos exponemos a que la bolsa de desperdicios orgánicos vaya a parar a los contenedores de recogida selectiva".
Duque también criticó la falta de un mayor apoyo de las Administraciones europeas para la concienciación social: "Los contenedores son feos y están en lugares poco efectivos para procurar la colaboración ciudadana".