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Los socios de Xfera estudian abandonar el proyecto por la falta de ingresos

A los accionistas de Xfera se les acaba la paciencia. Cumplidos 18 meses desde que ganaron la licencia de UMTS, la plantilla asciende a 600 personas, la inversión realizada, a 180 millones de euros (30.000 millones de pesetas), y la comprometida supera los 810 millones de euros. Sin embargo, las posibilidades de comenzar a operar se alejan cada día. Entre los propietarios se alzan voces que piden abandonar el proyecto; creen inviable congelar la empresa hasta que llegue el UMTS y ruinoso operar en GSM.

Los accionistas de Xfera, la cuarta operadora de telefonía móvil han comenzado a sopesar el abandono del proyecto. Fuentes cercanas han asegurado que ésta es una de las posibilidades que han barajado en contactos bilaterales y en una reciente reunión corporativa.

Quienes plantean tirar la toalla esgrimen un argumento contundente: "Aunque las inversiones realizadas hasta la fecha son cuantiosas, unos 180 millones de euros, es preferible sentarse sobre estas pérdidas antes que pagar otros 192 millones de euros en tasas (de los ejercicios 2001 y 2002) y, además, confirmar 600 millones de euros más comprometidos en inversión de infraestructura.

La tesitura del abandono es dramática, pero tampoco son mejores las posibles alternativas. Durante los últimos meses los primeros ejecutivos de Xfera, el presidente Ángel García Altozano y el consejero delegado Antonio Cantón han negociado con la Administración mil posibilidades para comenzar a operar en el estándar tecnológico actual GSM, una vez que se ha confirmado que el nuevo móvil multimedia UMTS se retrasa al menos hasta junio de 2002.

Primero firmaron un acuerdo de itinerancia y compartición de infraestructuras con Airtel en el que se establecía un precio por cada minuto de utilización de su red que los financieros consideraron "ruinoso" para Xfera. El pacto sólo era viable si el Gobierno asignaba a la compañía un número suficiente de frecuencias para finalizar sus llamadas en las principales capitales españolas. El Ministerio de Ciencia y Tecnología ha negado tajantemente esta posibilidad.

Operadores virtuales

Posteriormente se han cegado todas y cada una de las alternativas que Xfera ha planteado para ofrecer GSM como operador sin red. Contra esta posibilidad se han alzado de las empresas que aspiran a convertirse en revendedores de servicios celulares. Amenazan con llevar al Gobierno ante los tribunales si no se les garantiza un trato idéntico al que consiga Xfera.

Tras reconocer que no existen posibilidades de comenzar a dar servicios de GSM, los ejecutivos de Xfera han intentado convencer a los accionistas de que la mejor alternativa es "congelar la empresa" hasta que los equipos del nuevo móvil UMTS estén disponibles. Y ésta es una de las posibilidades que hoy tienen fuerza.

Para algunos accionistas, sin embargo, la hibernación no es una buena salida. En primer lugar, porque nadie asegura que el retraso de UMTS no se prolongue más allá de los 10 meses (hasta junio de 2002) que ha establecido el Gobierno español. En segundo término, porque la nómina de los 600 empleados de Xfera es elevada y, por último, porque la hibernación no eximirá el pago de las tasas y el cumplimiento de los compromisos de inversión, al menos con los proveedores ya contratados.

Oficialmente, los accionistas mantienen su fe en Xfera, pero ante las evidentes dificultades de sacar adelante la empresa, cada uno muestra tener una visión y expectativas diferentes

FCC, que posee su paquete en la operadora a través de una sociedad conjunta con Vivendi, donde ésta tiene el control, sostiene que no ha variado su posición ni negocia vender sus acciones. Sin embargo, en su última junta general de accionistas, su presidente, Marcelino Oreja, anunció que ya no consideraba estratégica su presencia en la operadora.

Vivendi

Vivendi parece interesada en continuar en el sector de telecomunicaciones y muy en especial en Xfera. Hace ahora un año forzó la situación para incrementar a través de una ampliación de capital su participación accionarial hasta casi el 29% a costa de Mercapital y otros socios.

La multinacional que preside Jean Marie Messier mantiene sus planes de inversión en este sector en Europa. De hecho, a finales de año tiene previsto pagar 500 millones de euros para hacerse con el 2% de una sociedad que controla la segunda operadora de móviles de Polonia.

Mercapital, que redujo su presencia en Xfera en la citada ampliación, afirma que no tiene intención de abandonar la operadora. Fuentes del sector señalan que vincula su futuro a la posición de ACS.

La empresa de Florentino Pérez ha sido el mayor impulsor del proyecto durante meses, pero el vuelco vivido en el sector de las telecomunicaciones y en las expectativas del nuevo móvil multimedia le ha forzado a un replanteamiento. A instancias de los ejecutivos de Xfera, estudia la posibilidades de congelar el proyecto.

 

France Télécom, la eterna candidata

Si hay una compañía que lleva años deseando entrar en el mercado español de telefonía móvil y que, a pesar de los continuos reveses, mantiene intacto su interés es France Télécom. Así, ante la posibilidad de algún movimiento vendedor en Xfera todas las miradas apuntan a la operadora francesa.

La compra de una participación en la poseedora de una licencia UMTS en España sería una de las últimas oportunidades de France Télécom para entrar en uno de los grandes mercados europeos del móvil y en una situación de competencia todavía limitada.

La jugada sería perfecta tanto por la oportunidad como por el precio, pero tiene un inconveniente: Vivendi. La empresa francesa no está dispuesta a ceder su posición en España, porque tiene aspiraciones de convertirse en un verdadero referente de las telecomunicaciones. Ya cuenta con una fuerte presencia en Francia, donde comparte accionariado con Vodafone en Cegetel, y está también en Hungría, Polonia, Marruecos y Kenya.

Además, que el hipotético comprador sea France Télécom dificulta más las cosas. Vivendi no está dispuesta a que sea su mayor rival en las telecos francesas la que triunfe en una situación en la que ella habría fracasado. Y tampoco quiere dejar el camino abierto para que France Télécom fortalezca su posición global, lo que le daría grandes economías de escala. El ex monopolio francés ya opera en el Reino Unido, Alemania e Italia, así que sólo le falta España para estar en los cinco grandes mercados europeos.

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