La producción industrial en la zona euro descendió un 1,4% en julio
La producción industrial en la zona euro registró un descenso del 1,4% en julio respecto al mes anterior, según datos publicados ayer por la Oficina de Estadísticas europea, Eurostat, que confirman la ralentización de la actividad comunitaria. En el conjunto de países que integran la Unión Europea, la producción industrial bajó un 1,3% en este periodo.
Teniendo en cuenta las cifras en tasa interanual, la producción industrial en los países adscritos a la moneda única registró un descenso del 1,1%, mientras que en el caso de los Quince bajó un 1,4%.
Por el contrario, en junio, el agregado aumentó en ambas regiones frente al mes precedente, en nueve décimas en los Doce y en siete en la Unión Europea, tras bajar en mayo un 0,3% y un 0,4%, respectivamente.
En julio, el agregado descendió en todos los países de la Unión Europea, pero las bajadas mensuales más fuertes se registraron en Irlanda, con una disminución del 14,6%, Holanda (-3,5%), Portugal (-1,9%), España (-1,7%) y Alemania (1,6%).
Por sectores, la producción de bienes duraderos bajó en julio un 2,2% en los Doce y un 1,7% en los Quince, mientras que en el caso de los bienes de inversión, la bajada fue del 1,3% y del 1,6%, respectivamente.
Por último, la producción de bienes intermedios en la zona euro bajó en nueve décimas en julio y en un 1% en la Unión Europea.
Las cifras, según los analistas, son la confirmación de la desaceleración económica mundial, por lo que prevén que el descenso de la producción industrial, tanto en la zona euro como en la UE, no alcance su mayor vigor hasta los próximos meses.
En ese marco de ralentización, ayer se conoció el último informe del Bundesbank del mes de septiembre, que pone de manifiesto que el crecimiento de la economía alemana se estancó en el segundo trimestre y no fue superior al de los tres primeros meses de este año. Según los cálculos oficiales, el producto interior bruto (PIB) entre abril y junio sólo superó en medio punto las cifras del mismo periodo de 2000 y su dinamismo ha acusado una fuerte pérdida, sólo mitigada parcialmente por el efecto retardado de una recuperación pasajera desde mitad del año pasado.
Como único elemento de apoyo a la economía, en los dos primeros trimestres se registró una mejora del consumo privado, mientras que en el comercio exterior no se observó ningún impulso, ya que si bien aumentaron las exportaciones, las importaciones crecieron aún más.
Respecto a la inflación, que en agosto fue del 2,6% en Alemania, la entidad dijo que la bajada de los precios de la energía y los alimentos han frenado la tendencia alcista pasada.
Para el conjunto del año 2001, el Bundesbank espera un ulterior empeoramiento en el sector de la banca debido a las turbulencias bursátiles y a la situación económica en general.