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ANDALUCÍA

El sector del jerez trata de unirse para acabar con la caída de precios

El sector del vino de Jerez está a punto de iniciar las conversaciones para tratar de lograr un acuerdo interprofesional que acabe con la caída constante del precio en los mercados desde hace 10 años. El objetivo es eliminar unos excedentes de 75 millones de litros anuales y dotar el fondo común de promoción de un presupuesto de 3.000 millones de pesetas durante cinco campañas para promoción de marcas concretas en lugar de genéricas.

El problema para todo el sector del marco de Jerez (zona de producción delimitada por las localidades gaditanas de Jerez, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda) es que sobra vino calificado por el Consejo Regulador de los vinos de Jerez/Xèrès/Sherry y la Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Estas existencias son una exigencia del propio consejo para garantizar la calidad de los caldos que certifica.

Una producción de 150.000 botas (75 millones de litros) equilibraría la oferta y la demanda, pero este año volverán a sobrar 75 millones de litros, que circulan por el mercado y terminarán convirtiéndose en vinos de marcas blancas a bajo precio.

Viticultores, cooperativas, bodegas y organizaciones agrarias están básicamente de acuerdo en el diagnóstico: sobra vino en el mercado.

A partir de ese punto de consenso, todo son desencuentros. Fuentes del sector aseguran que las negociaciones para atajar el problema van a comenzar de forma inminente, cuando termine la vendimia de este año, el próximo mes, que ha dejado su correspondiente excedente de 75 millones de litros.

Las principales bodegas que operan en la zona quieren atajar el problema por dos vías. Una es equilibrar oferta y demanda, aunque aún no han dado a conocer su propuesta. Lo que sí tienen claro algunas de ellas, como González-Byass, es que dicho esfuerzo debe complementarse con una aportación de 3.000 millones de pesetas (18,03 millones de euros) al año durante los próximos cinco años -15.000 millones de pesetas en total- con destino al fondo de promoción conjunta, pero con la condición de que las campañas de promoción -las más agresivas tienen lugar en medios de comunicación de países extranjeros- sean de marcas concretas, en lugar de ser genéricas (en las que se promocionan los vinos de la denominación de Jerez en conjunto), como se venía haciendo hasta ahora.

"Queremos que parte del precio de la uva revierta en publicidad de marcas porque [las bodegas] pagamos 80 pesetas el kilo de uva cuando en La Rioja pagan 70 pesetas", afirman fuentes de González-Byass.

El principal problema es que el sector está muy dividido. No sólo hay que unificar los intereses de viticulto-res, cooperativas, organizacio-nes agrarias y bodegas. Estas últimas también difieren drásticamente en sus objetivos.

Por un lado están las grandes bodegas de Jerez como González-Byass, Allied Domecq, Real Tesoro y Osborne, algunas de ellas muy centradas en primar bebidas de importación como el whisky o la ginebra, otras diversificando a marchas forzadas hacia otros tipos de vino e invirtiendo grandes sumas en hacerse con mercados consagrados de los vinos de Jerez como el británico.

Difícil consenso

Por otra parte están las pequeñas bodegas, principalmente de manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, cuyo principal mercado es el español, pero que tienen aspiraciones de meterse en mercados extranjeros. Fuentes cercanas a estas bodegas afirman que no será fácil conseguir un consenso sobre quién va a pagar el dinero del fondo de promoción. En las grandes bodegas sugieren que el mayor peso debería recaer en los viticultores, que son los que cobran por la uva.

También hay problemas administrativos para crear la asociación interprofesional del sector, ya que la Junta de Andalucía aún no ha desarrollado el reglamento al respecto.

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