Una empresa 'fantasma' atenaza 'al pueblo de Llaurí
El Ayuntamiento de Llaurí (Valencia) recuperó ayer el pozo con el que se abastece de agua potable y el polideportivo que la sociedad Transforma se había adjudicado por vía judicial. Esta empresa, sin actividad conocida, mantiene en vilo desde hace 15 años a este pueblo de 1.300 habitantes, que antes de noviembre debe pagarle el equivalente a cinco veces el presupuesto municipal.
La historia se remonta a 1985, cuando el Ayuntamiento de Llaurí logró en subasta judicial 60.000 metros cuadrados de terreno en esta localidad próxima a Cullera, para sumarlos a un futuro polígono industrial.
Pero los terrenos tenían una segunda hipoteca, ejecutada en un juzgado de Alcoy (Alicante). Carlos Gilabert -un subastero, según el actual alcalde de Llaurí, Bernardo Sanz- ganó la adjudicación y creó Transforma, que exigió su derecho a ocuparlos. El entonces alcalde socialista, Vicente Climent, se negó y falseó documentos públicos para inscribir los terrenos a nombre del ayuntamiento, por lo que fue condenado por el Tribunal Supremo a un año de prisión y suspensión de cargo público.
La sentencia fijaba una indemnización en favor de Transforma que asciende a 350 millones de pesetas (2,1 millones de euros), cinco veces el presupuesto municipal. El Tribunal Supremo dio en julio pasado un plazo de tres meses para abonarlos.
El actual alcalde -del Partido Popular- no sabe cómo va a pagar lo que considera un castigo desproporcionado. Según Bernardo Díaz, "la indemnización es por paralizar la actividad empresarial, pero esta sociedad nunca ha tenido movimiento".
El alcalde cree que la peritación fue injusta, ya que el juez pidió tres peritos a cada parte y eligió tres por sorteo. La mala suerte quiso que salieran los tres designados por Transforma, según Díaz.
Castigo por construir
El Supremo respaldó la libertad del juez para valorar las pruebas periciales. Díaz considera una burla que los tribunales se negaran a valorar que el ayuntamiento urbanizó parcialmente el terreno y construyó una nave industrial, ahora propiedad de Transforma, con una inversión de 100 millones de pesetas (0,6 millones de euros).
Se negaron por falta de pruebas, pese a que Transforma demandó al ayuntamiento por construir en sus terrenos. El juez de este nuevo pleito pidió un aval preventivo al consistorio y embargó el pozo del que bebe el pueblo y el polideportivo en febrero de 2000. Estas propiedades fueron adjudicadas a Transforma, pero en este caso Llaurí ganó el recurso.