Trebujena cambia la dorada por la anguila
El Ayuntamiento de Trebujena (7.000 habitantes), ubicado en el estuario del Guadalquivir ya en la provincia de Cádiz, y la empresa Angulas de Trebujena se han aliado para impulsar la comercialización de anguilas de producción propia.
El interés por la acuicultura en Trebujena comenzó en 1997, cuando el ayuntamiento adquirió 150 hectáreas de suelo y perfiló un proyecto para crear un sector de pescado de crianza que diversificara la economía local, centrada en la viticultura y los servicios.
Después, se asoció con Angulas de Trebujena en la sociedad Piscifactoría Trebujena (Pistresa), con el objetivo de convertirla en la avanzadilla en la cría y engorde de pescado, fundamentalmente lubina y dorada.
La intención inicial consistía en propiciar la creación de 21 granjas, explotadas por pymes y cooperativas, dedicadas a la cría y engorde de estas especies. El proyecto en conjunto precisa una inversión de 700 millones de pesetas (4,2 millones de euros), de los que el ayuntamiento ya ha empleado 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros) en construir las instalaciones de 11 granjas. Pero sólo se han creado dos sociedades, con capital municipal, que han comenzado a funcionar hace apenas unos meses.
Antes de que el proyecto empezara a andar, la crisis se desató en la acuicultura a causa de las importaciones masivas de dorada y lubina a bajos precios. æpermil;sta ha sido la causa que ha obligado a virar de forma considerable los planes para la aún incipiente acuicultura de Trebujena.
Por un lado se ha visto que será difícil que pequeñas empresas y negocios familiares tengan músculo financiero suficiente para sostener un sector aún joven y vulnerable como el del pescado de crianza. "Hemos empezado a estudiar otras fórmulas, a buscar socios profesionales y ya hay conversaciones avanzadas", dice el alcalde de Trebujena, Manuel Cárdenas Moreno, de Izquierda Unida.
En segundo lugar, Pistresa, de la que el ayuntamiento posee el 20% y Angulas de Trebujena el 80% restante, también ha tenido que imprimir algunos cambios para diversificar su aún casi inexistente producción. "La primera decisión ha sido readaptar las instalaciones para centrarnos en la anguila, ya que existe un mercado impor-tante y poca competencia", especifica el empresario Salvador Romero, gerente de Angulas de Trebujena. Manuel Cárdenas estima que se han invertido en torno a 100 millones de pesetas (601.012 euros) en adaptar las instalaciones que posee en una finca de 44 hectáreas.
"Queremos escapar de la pelea actual de la acuicultura y apostar por la anguila, que, si bien no es muy conocida en España, disfruta de una gran demanda en Portugal", recalca Salvador Romero. "Además, tenemos el aliciente de tener garantizado el alevinaje, gracias a las angulas del Guadalquivir". Junto a la angula, Pistresa también investigará la posibilidades de otras especies "menos difundidas en la acuicultura, como la corvina y el lenguado".
La familia Romero creó Angulas de Trebujena en 1994 y desde entonces se dedica a comercializar pescado y marisco de crianza en España y Portugal. La empresa, con ocho personas en plantilla, factura 225 millones de pesetas (1,35 millones de euros).
El sector busca identidad
Si Angulas de Trebujena y el ayuntamiento de este municipio gaditano han optado por la diversificación para eludir la crisis de la acuicultura española, el sector ha empezado la lucha para conseguir identidad propia frente al producto de la competencia. Ya ha conseguido del Ministerio de Agricultura y Pesca un compromiso para modificar el real decreto que regula el etiquetaje "para que figure la fecha de captura y no la de primera venta, que es la que aparece en el pescado de importación", advierte Ricardo La Porte, gerente de Apromar, la asociación que agrupa a los acuicultores españoles.
La segunda batalla que tienen a la vista se librará el próximo 5 de octubre, fecha en la que está prevista en Edimburgo una reunión de productores europeos, al tiempo que sopesan las posibilidades de acudir al Tribunal de la Competencia de la UE porque sospechan que la competencia podría incurrir en prácticas de dumping (venta por debajo de su precio de coste).