La UE extremará las medidas de seguridad en aeropuertos y aviones
Máximo control del equipaje de mano, cabinas de mando inaccesibles desde el pasaje, instrumentos de navegación que sólo obedezcan al piloto tras identificarlo digitalmente, limitación de vuelos sobre las ciudades... Los atentados del pasado martes parece que marcarán un hito en la evolución de las normas de seguridad del tráfico aéreo, a juzgar por lo tratado ayer en la reunión de los ministros de Transporte de la Unión Europea celebrada en Bruselas.
Alas ocho de la mañana de ayer aterrizaba en el aeropuerto de Heathrow de Londres el primer vuelo de American Airlines procedente de EE UU desde los trágicos acontecimientos del martes. Un Boeing 777, con 218 pasajeros a bordo, despegaba poco después en sentido contrario. La compañía había reanudado sus vuelos transatlánticos.
Pero la normalidad aparente no oculta, como constató ayer la reunión extraordinaria de los ministros de Transporte de la UE, que "los acontecimientos de esta semana" obligarán a una revisión de las normas de seguridad, como ya ocurriera tras el atentado de Lockerbie en 1989. 12 años después el sector se enfrenta a riesgos desconocidos hasta ahora, según se recoge en el documento de trabajo que la presidencia belga entregó a los ministros. "El horror ha alcanzado otro nivel".
Por primera vez en la historia de la aviación, "aviones de gran capacidad, cargados de carburante, se han utilizado como bombas contra la población civil", recuerda el texto de la presidencia. "Habrá que adoptar medidas a la altura de los nuevos desafíos".
De momento, los ministros acordaron ayer la creación de un grupo de trabajo que en las próximas semanas deberá presentar medidas concretas para combatir este nuevo tipo de atentados. La coordinación entre los controladores aéreos y las autoridades militares figura entre las ideas que se deben desarrollar. La limitación, en lo posible, de los vuelos sobre grandes aglomeraciones es otra posibilidad.
El documento de trabajo señala que "los vuelos nacionales se encuentran tan expuestos a actos de terrorismo como los internacionales" y propone que se equiparen las medidas de control de pasajeros y equipajes en ambas categorías.
Fuentes comunitarias indican que cabe esperar un incremento tanto en los costes operativos de las compañías como en los tiempos de embarque. Billetes previsiblemente más caros y esperas o retrasos más prolongados, admiten esas fuentes, será el precio de una mayor seguridad.
Pero la UE se propone también extremar la seguridad aprovechando los avances tecnológicos disponibles. En colaboración con las líneas aéreas y la industria aeronáutica, la presidencia belga propuso ayer que se estudie la introducción de innovaciones como el reconocimiento digital de los pilotos en las cabinas o su aislamiento de los pasajeros.
La presidencia belga espera que "los esfuerzos combinados de todos" permitan restablecer la confianza en el transporte aéreo, como ya ha ocurrido en anteriores ocasiones. "La seguridad no ha hecho sino incrementarse [en los últimos años]", indica el documento de la presidencia. Frente a los 100 actos de sabotaje acontecidos en 1970, que ocasionaron casi un centenar de muertos, en 1999 sólo se registraron seis incidentes sin ninguna víctima mortal.
En esos 29 años de diferencia el número de vuelos se duplicó y el de pasajeros se multiplicó por cuatro. La UE se dispone ahora, según fuentes comunitarias, a seguir de cerca la evolución del tráfico para evitar que los atentados de esta semana repercutan gravemente en el sector.
Sharon veta la reunión de Perescon Arafat porque "dañaría" a Israel
Bush insta al Gobierno de Tel Aviv para que busque la paz con los palestinos
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, dio órdenes ayer al ministro de Asuntos Exteriores, Simon Peres, para que no se reúna con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, según declaró ayer a la agencia Reuters un alto cargo del Gobierno hebreo.
Sharon ha explicado al presidente de Estados Unidos, George Bush, que la reunión con Arafat sería "dañina" para Israel.
A pesar de las declaraciones israelíes, el propio Bush ha insistido en la "importancia" de esa reunión y en la necesidad de que acelerar "el proceso para poner fin a la violencia [en Oriente Próximo] y aplicar el Informe Mitchell". La UE también ha presionado a Israel. El alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana, ha afirmado que el atentado en EE UU debe servir para comprender que "la violencia no es la solución" en ningún conflicto del mundo.
Los palestinos han lamentado el rechazo de Sharon al encuentro, que estaba previsto en principio para el próximo domingo en el territorio palestino de Gaza.
"[Sharon] quiere explotar los trágicos atentados de Nueva York y Washington para continuar con su guerra terrorista contra el pueblo palestino", declaró el ministro palestino de Información, Yasir Abed Rabbo. La ANP se ha desmarcado además de la llamada del grupo integrista Hamas a la "unión del mun-do árabe" contra EE UU.
La prensa hebrea ha expresado su confianza en que los atentados den "más libertad" a las tropas israelíes para repeler los ataques palestinos e introducirse en los territorios controlados por la ANP. La presión sobre Gaza y Cisjordania se ha redoblado desde el martes. La última incursión israelí en Jenin (Cisjordania) se ha saldado con otras 13 bajas palestinas; casi 600 han muerto desde el comienzo de la Intifada, que dura ya un año.
El dólar registra baja a niveles de marzo por el temor a la represalia
El dólar registra baja a niveles de marzo por el temor a la represalia
La incertidumbre dispara la cotización del crudo
La incertidumbre y los temores ante la magnitud de la respuesta de EE UU a los ataques del martes van creciendo por momentos y castigando, con ello, al dólar. El euro ha superado por primera vez desde febrero los 0,92 dólares, cuando hace unos días se vendía a 0,88 dólares. La moneda americana registra así su cotización más baja en seis meses. El yen también ha salido fortalecido y un dólar se vende a 117,30 yenes, cuando costaba casi 122 unidades japonesas justo antes de la crisis.
Los mercados temen, además, que los atentados de Nueva York y Washington lleven a la recesión a un país que ya estaba en crisis. En el segundo trimestre la economía estadounidense creció al ritmo más lento de los últimos ocho años. El dato del PIB, a la espera de la tradicional revisión, fue de sólo el 0,2% y eso gracias a la fortaleza del consumo. La producción industrial lleva 11 meses consecutivos de contracción; según los datos publicados ayer, en agostó cayó un 0,8%. La confianza de los consumidores también aña-de preocupación; antes de los atentados ya estaba en su nivel más bajo desde 1993.
Se teme que los atentados contra el corazón financiero más poderoso del mundo, que han causado miles de víctimas y pérdidas millonarias, hayan dado la puntilla a la economía del país.
Las declaraciones del presidente estadounidense, George Bush, afirmando que dirigirá al mundo "hacia la victoria" y el presupuesto de 40.000 millones de dólares extra aprobado por el Congreso hacen prever una operación militar a gran escala. El departamento de Defensa planea movilizar a 35.000 reservistas, mientras crece el aprovisionamiento de combustible para la maquinaria de guerra.
En el mercado de Londres, los operadores aceleran el acopio de crudo ante un posible corte en el suministro. El brent, crudo de referencia en Europa, subió ayer más de un dólar y volvió a situarse cerca de los máximos del año, aunque luego se moderó hasta los 29,4 dólares por barril, el valor más alto en tres meses.
Los compradores temen las consecuencias del ataque en Oriente Próximo, donde se concentra el 20% de la producción mundial de crudo. Las garantías de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sobre el suministro sólo frenaron el alza inicial. La patronal estadounidense también ha ofrecido garantías, pero el miedo pesa más.
Standard & Poor's prevé tiempos difíciles para los mercados emergentes
Los efectos de la crisis agudizada por los ataques
La aversión al riesgo por parte de los inversores será la característica del próximo e indefinido periodo en los mercados emergentes.
Esta es la principal previsión del último informe de la calificadora de riesgos Standard & Poor's sobre los países deudores. El trabajo, elaborado inmediatamente después de los ataques terroristas contra Nueva York y Washington, indica también que la peor parte pueden llevarla las naciones que no cuentan con sistemas bancarios saneados y cuentas fiscales equilibradas.
"Es difícil pronosticar cuánto tiempo podrían durar estas incertidumbres, pero durante este periodo [los inversores] incrementarán de manera inevitable el coste y reducirán la disponibilidad de los fondos para la financiación de la deuda en muchos mercados emergentes", dijo David Beers, director gerente de S&P.
Entre los países deudores que enfrentan ahora grandes brechas entre sus volúmenes de deuda y sus reservas internacionales, el informe destaca a Argentina, Brasil, Líbano y Turquía. En un segundo pelotón, de riesgo inferior, coloca a Colombia, Filipinas y Jamaica.
Los Gobiernos de países con mercados de capitales domésticos estabilizados, con bancos locales fuertes y con planes de privatización en marcha, lo harán mejor que aquellos" que no reúnan estas condiciones, destacó Beers. Entre las naciones más expuestas está Argentina, que posee el 25% de los títulos de deuda de los mercados emergentes.