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La tasa de paro se dispara en EE UU al 4,9% en el mes de agosto

Las empresas estadounidenses destruyeron 113.000 empleos en agosto, lo que disparó la tasa de paro al 4,9% de la población activa, el nivel más alto desde septiembre de 1997. Los analistas temen su impacto sobre el consumo, hasta ahora el motor del tímido crecimiento de la economía de EE UU.

El pesimismo volvió a cundir ayer entre los economistas de Wall Street. La evolución del empleo en agosto vapuleó las peores expectativas del mercado al registrar un incremento del paro de cuatro décimas en un solo mes, desde el 4,5% de julio al 4,9%, muy lejos del 4,6% previsto por los analistas.

Los más optimistas destacan que se trata de datos "atrasados", que reflejan el pasado de una economía que en estos momentos ofrece señales contradictorias sobre su situación. Los datos conocidos esta semana apuntan una estabilización de la situación de la industria.

La mayoría, sin embargo, teme el impacto psicológico que la alta tasa de paro causará sobre los consumidores estadounidenses, que con su gasto habían sostenido hasta ahora la economía. Y con ello, el temor a un mayor deterioro de la situación económica que lleve, incluso, a la recesión de la primera economía del mundo. En el segundo trimestre el PIB creció un anémico 0,2%.

"Los problemas seguramente no desaparecerán porque estamos asistiendo a un contagio de la crisis de la industria a los servicios", aseguró Mike Niemira, economista del Banco de Tokio en Nueva York

Las empresas redujeron sus plantillas en 113.000 trabajadores, frente a los 40.000 estimados por los analistas, y los despidos se concentraron especialmente en la industria, según informó el Departamento de Trabajo. Des-de mediados de 2000, el sector industrial de EE UU ha destruido casi un millón de empleos y sólo en agosto redujo plantillas por 141.000 trabajadores. Sin embargo, el sector servicios creó 23.000 nuevos empleos en ese mes.

El dato del paro se conoce justo en un momento en que Washington se debate entre el rigor presupuestario que exigen los demócratas y nuevas rebajas de impuestos propuestas por los republicanos sobre las ganancias de capital como parte de un paquete para reactivar la economía.

Consciente de la gravedad del dato, la Casa Blanca volvió a insistir ayer en que la economía se encuentra en un punto de inflexión para alcanzar la recuperación a finales de año, gracias al estímulo procedente de la rebaja de impuestos.

Asimismo, el presidente George Bush parece dispuesto a aprovechar la coyuntura para impulsar algunos de sus proyectos legislativos frenados por las Cámaras, como el plan energético.

El dilema de Greenspan

Los economistas de Wall Street apuntan, además, que el fuerte aumento del desempleo en agosto condicionará las decisiones de la Reserva Federal en su próxima reunión, prevista para el próximo 2 de octubre.

Su presidente, Alan Greens-pan, sigue muy de cerca todo lo relativo a los consumidores estadounidenses, dado el fuerte peso de sus gastos sobre el conjunto del PIB (dos tercios del total). De producirse otro recorte, ésa sería la octava ocasión en que la autoridad monetaria rebaja este año los tipos de interés, que han pasado del 6,5% al 3,5%.

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