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El cierre amenaza de nuevo a Isla Mágica

La polémica sobre las fusiones explica la rebelión de Unicaja, El Monte y San Fernando en Isla Mágica. Ya no están dispuestas a seguir invirtiendo incondicionalmente en el parque sevillano.

El parque sevillano de Isla Mágica, que todavía no ha logrado demostrar su viabilidad, se ha convertido en el mejor botón de muestra de la actual situación de las cajas andaluzas. La crisis abierta por las fusiones de estas entidades explica que no sea éste el mejor momento para que las Administraciones presionen a las cajas para que se embarquen en inversiones sin rentabilidad probada.

Hace año y medio la entidad malagueña Unicaja y las sevillanas El Monte y San Fernando se vieron obligadas a liderar el reflotamiento del parque temático tras las cuantiosas pérdidas (6.000 millones en deudas, unos 36 millones de euros) y el consiguiente abandono del proyecto por parte de los socios privados mayoritarios.

En aquel momento, las cajas no ocultaron que no confiaban en la viabilidad de Isla Mágica. Y exigieron, para hacerse cargo del parque, que todas las partes asumieran una cuota de sacrificio en el reflotamiento. Se logró arrancar entonces, en la primavera del año pasado, un acuerdo de mínimos en el que las tres cajas aportaron a regañadientes el grueso de una ampliación de capital de unos 2.000 millones (12 millones de euros), los trabajadores aceptaron recortes y las Administraciones suavizaron sus contratos con el recinto e hicieron promesas de ayudas.

Ahora, cuando el parque requiere una nueva ampliación de capital, las cajas exigen mucho más para seguir sosteniendo un proyecto que, según el Ayuntamiento socialista, es estratégico para la ciudad. Las tres entidades reclaman un plan de viabilidad más duro y una mayor implicación de las Administraciones, por ejemplo con la supresión del canon que Cartuja 93 (en cuyos terrenos se ubica el parque) le cobra anualmente al recinto.

Esta vez, advierten fuentes de las cajas sevillanas, las entidades están dispuestas a dejar morir el complejo. "Las cajas asumiremos entonces nuestra parte de responsabilidad, pero las Administraciones deberán asumir la suya", señalan estas fuentes. Y argumentan que en el caso de otros parques temáticos que también atraviesan dificultades, como Terra Mítica, los Gobiernos local y autonómico "se están dejando las pestañas" en formas de créditos blandos y subvenciones.

La razón no confesada de la nueva firmeza de las cajas hay que buscarla en la posición de cada entidad en la crisis de las fusiones, como admiten de forma extraoficial. La malagueña Unicaja, que se siente directamente perjudicada por la futura fusión de las cajas sevillanas, no tiene interés en un proyecto que es netamente sevillano y que no aporta, por el momento, resultados.

A la hora de negarse a seguir invirtiendo en Isla Mágica, el Monte y San Fernando, por su parte, tienen también un argumento inconfesable y otro que servirá como versión oficial. El primero tiene que ver con la frustrada fusión de las dos entidades, que intentaron unirse en Alcaja, y el enfrentamiento que mantienen sus dos presidentes (Isidoro Beneroso y Juan Manuel López Benjumea) con la Junta y el PSOE, que tramita su expulsión del partido. En este contexto, no parece que las actuales direcciones de El Monte y San Fernando sean receptivas a las presiones políticas de el Ayuntamiento de Sevilla y de la Junta para que el parque siga funcionando.

Pero las cajas sevillanas también tienen la justificación de que se encuentran inmersas en sendos procesos electorales que se prolongarán hasta finales de año y que mantienen paralizadas las decisiones estratégicas. De esta renovación deben salir los nuevos órganos de gobierno, que serán los encargados de decidir sobre inversiones importantes como la que requiere Isla Mágica.

Una salida posible, apuntada por el propio alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín, es que sea San Fernando la caja que se haga cargo del parque en solitario. El PSOE controla la mayoría en San Fernando, en cuyo consejo está presente el alcalde y donde el partido puede tratar de imponer la inversión en Isla Mágica. En El Monte, sin embargo, los socialistas están en minoría.

Balance en septiembre

Con estos mimbres, el futuro de Isla Mágica volverá a discutirse en septiembre, cuando la dirección hará un balance de la actual temporada y presentará sus conclusiones a los accionistas. Este año el recinto ha logrado incrementar un 25% su número de visitantes, pero la delicada situación del proyecto hace necesaria la ampliación de capital prevista de 2.000 millones (12 millones de euros). Este año, el parque espera facturar 4.000 millones (24 millones de euros) y el año anterior ya logró rebajar a una cuarta parte sus pérdidas de 3.200 millones (19,2 millones de euros).

 

La última crisis se cerró con seis acuerdos

La nueva ampliación de capital de 2.000 millones (12 millones de euros) a la que se resisten las tres cajas andaluzas fue uno de los puntos del complejo acuerdo que salvó Isla Mágica hace ahora año y medio. Las tortuosas negociaciones de abril del año 2000 entre las tres la cajas y todas las partes vinculadas con el parque deberán volver a repetirse si se quiere evitar la suspensión de pagos. Aquella ronda de contactos, con las cajas mucho más receptivas que ahora, duró más de un mes. Las cajas desembolsaron finalmente el grueso de la ampliación de capital de 2.250 millones tras incrementar su participación al 72%. El reflotamiento exigió seis acuerdos distintos con la Junta, que prometió ayudas del 35% para financiar inversiones de 3.000 millones, los trabajadores, Cartuja, el Ayuntamiento, la Diputación de Sevilla y los bancos acreedores.

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