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La crisis bursátil deja a los opcionistas de Telefónica sin primas

El 19 de abril de 2000, 100 ejecutivos de Telefónica pudieron hacer efectivos más de 84.000 millones de plusvalías procedentes del plan RISE, el primer programa de incentivos de la operadora. El pasado mes de julio ninguno de los 500 directivos beneficiarios del segundo plan de incentivos, el TOP, ejecutó las opciones a las que tenía derecho, un tercio del total. ¿La razón? La caída bursátil ha dejado en nada las ganancias. Los ejecutivos tendrán que esperar al año que viene.

Los cerca de 500 ejecutivos de Telefónica beneficiarios del segundo plan de opciones sobre acciones (stock options) que puso en marcha la compañía bajo el mandato de Juan Villalonga tendrán que esperar a mejor momento para cobrar los rendimientos del programa de incentivos.

El denominado plan TOP se puso en marcha el 28 de junio de 1999. Eran 810.711 acciones a repartir entre 450 directivos, un número que luego se amplió a 500. Sólo nueve meses después de su puesta en marcha, el programa llegó a acumular 35.621 millones de pesetas de plusvalías latentes, a razón de 71 millones por beneficiario.

Pero un desplome bursátil del 59,5% en un año y medio ha erosionado todas las plusvalías latentes acumuladas. Y ahora, cuando los beneficiarios podían ejecutar un tercio de sus opciones, las ganancias eran nulas.

El plan TOP tiene una vigencia de cuatro años y tres meses. Sin embargo, la compañía ofrece a los beneficiarios la posibilidad de ejecutar un tercio de las opciones concedidas en fechas concretas a partir del segundo año, y el primero de estos plazos fue en julio. Tras 24 meses esperando, los ejecutivos de Telefónica han tenido que dejar pasar la oportunidad.

Por cada acción adjudicada en el plan de premios, los ejecutivos recibían 20 opciones. Diez de ellas a un precio de ejercicio igual al de cotización en el momento del lanzamiento del plan (14,5052 euros, ajustada ya con los splits y ampliaciones liberadas) y otras diez a un precio un 50% superior (21,7554 euros).

El problema es que los beneficiarios no pueden ejecutar las opciones que quieran, sino que, según las condiciones del contrato, tienen que amortizar el mismo número de unas que de otras. Es decir, el programa sólo acumula plusvalías si las acciones de Telefónica están por encima de la media de los dos precios: 18,13 euros.

Esta cota no se alcanzó durante ninguno de los 31 días del mes de julio, cuando la cotización media de la compañía no superó los 13,8 euros.

La buena noticia es que los 500 ejecutivos de Telefónica no han perdido nada. El plan está diseñado para que nunca haya pérdidas, así que, si no hay beneficios, lo único que hay que hacer es esperar a la siguiente fecha de ejercicio, fijada para agosto de 2002. En ese momento, los beneficiarios podrán ejecutar un tercio de las opciones y aquellas que no hayan amortizado en plazos precedentes. Además, Telefónica tiene la facultad de abrir otros plazos de ejercicio intermedios, con periodicidad trimestral.

El plan TOP no ha generado plusvalías para ningún ejecutivo, pero menos aún para los que se adscribieron más tarde a él, como es el caso del presidente, César Alierta, o del consejero delegado, Fernando Abril, que tienen precios de ejercicio superiores.

Otro plan del grupo Telefónica que también está en horas bajas es el de TPI. El programa llegó a generar 24.180 millones de pesetas de plusvalías latentes, pero desde principios de agosto está en minusvalías. La acción de TPI cayó por debajo del precio de ejercicio de las opciones, 4,917 euros, y así se mantiene desde entonces y mucho tiene que recuperarse para que los 50 ejecutivos beneficiarios del plan puedan recoger alguna ganancia en la primera fecha de ejercicio prevista para un tercio de sus opciones, que es noviembre.

Y es que el panorama de Telefónica ha cambiado mucho desde el 19 de abril del año pasado, cuando 100 ejecutivos, liderados por el ex presidente Juan Villalonga, se repartieron 84.000 millones.

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