Los expertos presionan al BCE para que ceda y baje los tipos
Todas las miradas están puestas hoy en Francfort, donde el Banco Central Europeo (BCE) retoma la actividad tras el parón veraniego. Los analistas confían en que la entidad baje los tipos para reactivar la maltrecha economía europea. Pero las dudas persisten: la inflación en la zona euro sigue siendo demasiado alta (2,8% en julio) y el principal objetivo del BCE es controlar los precios.
El Bundesbank echó ayer un capote al BCE, ante el bombardeo de opiniones a favor de un recorte de tipos. El presidente del banco central alemán y consejero del BCE, Ernst Welteke, insistió ayer en que no es trabajo de la entidad "guiar la economía" europea. "La mejor aportación de la política monetaria al crecimiento y el empleo es lograr la estabilidad de precios", remachó.
El BCE se ha resistido numantinamente a lo largo del año a relajar su política monetaria y bajar los tipos, que están en el 4,5%. El argumento es que la inflación está aún demasiado lejos del nivel idóneo para la estabilidad de precios, el 2%. La inflación armonizada de la zona euro lleva 14 meses por encima de ese objetivo y todo apunta a que la meta tampoco podrá cumplirse este año. Pero la desaceleración económica mundial está haciendo que las empresas clamen por dinero más barato. El PIB medio de los 12 países del euro lleva cayendo tres trimestres consecutivos, desde el 3,8% del segundo trimestre de 2000 hasta el 2,6% del primer periodo de este año. Los nuevos datos de las primeras economías de la región no vaticinan tampoco una mejoría. Alemania se estancó en el segundo trimestre y el PIB se contrajo un 0,1% en Italia.
Caída de la inflación
Mientras tanto, el IPC armonizado lleva tres meses consecutivos de caída, lo que los optimistas presentan como argumento de peso para que el BCE relaje la política monetaria ante la reducción del PIB y el aumento del paro en toda Europa, especialmente en Francia y Alemania.
Ayer se conoció el dato preliminar del IPC de Italia en agosto. Los precios no crecieron y la inflación interanual cayó del 2,9% al 2,8%, confirmando la tendencia a la baja en toda Europa. Esta trayectoria se explica por la moderación de la cotización del petróleo (el precio del barril cayó un 15% entre junio y julio) y por la desaceleración económica mundial, que se está traduciendo en un reajuste de producción y plantillas de todo el sector corporativo, con la consiguiente caída del consumo.
Por eso, los expertos creen que es el momento de que el BCE actúe. La Reserva Federal estadounidense ha bajado siete veces los tipos de interés este año, del 6,5% hasta el 3,5%. El Banco de Inglaterra ha actuado cuatro veces hasta reducir los tipos al 5%. Pero el BCE no ha modificado el precio del dinero desde el 10 de mayo.
Algunos expertos son contundentes: "El BCE debería rebajar 0,25 puntos los tipos para demostrar que no es completamente ignorante", afirma Ruediger Pohl, del instituto alemán IWH. Los analistas del BBVA, BSCH y Caja Madrid coinciden en el pronóstico de una rebaja de 0,25 puntos. Pero la incertidumbre es grande. El martes se reveló que la masa monetaria creció en julio un 6,4%, frente al 6,1% de junio. El aumento del dinero hace temer al BCE un incremento de la presión inflacionista.
Billetes de euro
Las dudas sobre el precio del dinero han empañado otra gran noticia: la flamante presentación de los nuevos billetes de euro. El presidente del BCE, Wim Duisenberg, explicará hoy al público las medidas de seguridad de las siete denominaciones del que será el nuevo efectivo para 300 millones de europeos.
El Bundesbank defiende la austeridad
Welteke también salió ayer en defensa del Pacto de Crecimiento y Estabilidad, ratificado en 1997 y que exige una fuerte disciplina presupuestaria para alcanzar el equilibrio en las cuentas públicas.
Welteke se sumó a la defensa hecha por el comisario europeo de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes, y pidió a los Gobiernos europeos que respetasen el pacto, "cuya eficacia está claramente demostrada".
La caída del crecimiento está poniendo en apuros a los Ejecutivos comunitarios, que quieren estimular la economía recurriendo a la inversión pública y a incentivos como la rebaja de impuestos.
Los mandatarios cuestionan ahora la idoneidad de la férrea disciplina presupuestaria. Alemania ha reconocido que superará por 0,5 puntos la meta de déficit de 1,5% del PIB, Italia considera "imposible" lograr el 0,8% y Francia asegura que tendrá un déficit mayor del 1%. También el Gobierno español ha reconocido dificultades para lograr este año el equilibrio. Ante los problemas, el Bundesbank pide disciplina para "no dañar al euro".