Sony y Ericsson acuerdan la fusión de sus divisiones de telefonía móvil
La compañía sueca Ericsson y la japonesa Sony confirmaron ayer la fusión de sus divisiones de fabricación de teléfonos móviles en una nueva empresa que tendrá su sede en Londres.
La compañía comenzará a operar el próximo 1 de octubre bajo la denominación de Sony Ericsson Mobile Communications, se fundará con un capital social de 550 millones de euros (91.512 millones de pesetas) -que aportarán ambos socios al 50%- y contará con una plantilla de 3.500 personas en todo el mundo.
Ericsson y Sony vendieron el año pasado 50 millones de teléfonos móviles y, entre ambas compañías, generaron unas ventas totales de 7.200 millones de dólares (unos 7.920 millones de euros o 1,3 billones de pesetas).
Las negociaciones para la fusión de ambas operaciones comenzaron el pasado abril. El compromiso se hizo firme ayer en parte debido a las especulaciones que circulaban en el mercado de que el acuerdo tenía visos de no llevarse a cabo.
La nueva empresa requerirá el visto bueno de las autoridades antimonopolio y de sus respectivos consejos de administración antes de comenzar a funcionar.
Con esta empresa en común, tanto Ericsson como Sony esperan superar sus dificultades frente a Nokia y Motorola, fudamentalmente. Ericsson se lo plantea como parte de su programa de reducción de costes y Sony pretende así superar los problemas de calidad de sus equipos, que le han llevado a registrar resultados deficitarios en esta área de negocio. Sin embargo, un portavoz de Sony explicó ayer que no esperan que la nueva compañía les rinda beneficios hasta 2002. De hecho, los inversores suecos recogieron la noticia con frialdad y las acciones de Ericsson cayeron un 4,35%.
El pasado mes de abril Ericsson anunció el despido de 22.000 trabajadores, sobre una plantilla mundial de 107.000 trabajadores, debido a la caída de demanda de teléfonos móviles.