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ETA explosiona un coche bomba en Barajas sin causar víctimas

La banda terrorista ETA hizo explosionar un coche bomba a las ocho de la mañana de ayer en el aeropuerto madrileño de Barajas, causando cuantiosos daños materiales. La deflagración provocó un agujero de grandes dimensiones en la segunda planta del aparcamiento de vuelos nacionales y afectó a más de 100 vehículos. En esta ocasión no hubo víctimas.

Se trata del primer atentado de ETA tras las operaciones llevadas a cabo la semana pasada por la Ertzaintza y la Guardia Civil, en el País Vasco y Cataluña, respectivamente, en las que han sido desarticulados los comandos Buruntza y Barcelona.

Un comunicante en nombre de ETA avisó a la DYA a las siete de la mañana de la existencia del vehículo con explosivos en el aparcamiento de la terminal número 2 del aeropuerto y de que estallaría una hora más tarde, lo que fue puesto en conocimiento de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.

La explosión se produjo dos o tres minutos antes de las ocho de la mañana, cuando los efectivos policiales ya habían montado el dispositivo pertinente de seguridad, por lo que no hubo que lamentar daños personales.

El coche bomba contenía entre 40 y 50 kilos de explosivos. Se trataba de un Renault 19 robado el pasado día 9 en la localidad vizcaína de Gernika, con las placas de matrícula dobladas de un Seat 127 matriculado en Madrid en 1972 y que había sido dado de baja.

La policía considera que pudo ser un comando itinerante el que colocó el coche bomba, en una acción similar a la llevada a cabo el pasado 26 de julio en el aeropuerto de Málaga, y que su objetivo era atentar contra intereses turísticos.

Pasadas las 11 de la mañana, la policía procedió a la voladura controlada de un coche sospechoso con matrícula francesa situado en el mismo lugar en el se encontraba el vehículo explosionado por ETA, pero resultó ser una falsa alarma.

Este atentado es el tercero que ETA comete en el aeropuerto de Barajas desde 1979, cuando murió una persona y siete resultaron heridas a consecuencia de la explosión de una bomba en las consignas.

Mientras, la operación que permitió desarticular la semana pasada el comando Barcelona de ETA sigue su curso. La Guardia Civil detuvo ayer en Benalmádena (Málaga) a Eneko Balantzategi Coca e Izate Etxebarria Lafita por su presunta relación con dicho comando, donde fueron localizados tras los registros de sus viviendas en Vitoria.

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón tomará hoy declaración a varios de los miembros de este grupo detenidos el pasado viernes.

Ayer mismo, el juez comunicó también a 21 miembros de Ekin, supuesto aparato político de ETA, su procesamiento por integración o colaboración con banda armada.

Por último, el etarra José Luis Urrusolo Sistiaga acudió ayer a la Audiencia Nacional para que le fuera comunicado su procesamiento por cinco asesinatos cometidos entre 1985 y 1992, en Madrid, Barcelona y Valencia.

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