El euro se debilita por el temor a que el BCE no baje los tipos el próximo jueves
El euro experimentó ayer su mayor depreciación con el dólar en una jornada desde el pasado 5 de julio. Este descenso del 0,62% -que hizo que la divisa llegara a cambiar a 0,909 dólares tras la recuperación de las últimas semanas- se produjo, según los analistas, por el temor de los inversores a que el Banco Central Europeo (BCE) no rebaje los tipos en su reunión del próximo jueves, tal y como se espera en el mercado.
La cotización del euro frente al dólar se resintió ayer ante la incertidumbre de lo que el jueves pueda decidir el BCE respecto al mantenimiento o bajada de los tipos de interés. El temor de los inversores a que la entidad que preside Wim Duisenberg no recorte el precio del dinero en su próxima reunión provocó la depreciación del euro en los mercados un 0,62% de su valor frente al dólar, lo que supone su mayor caída en una jornada desde el pasado 5 de julio.
Este retroceso hizo que el euro llegara a cambiarse a media mañana de ayer a 0,908 dólares, mientras que el BCE fijó su cambio oficial en los 0,9090 dólares. La caída se produjo en un momento en el que la moneda única parecía haberse consolidado en los últimos días en el entorno de los 0,91 dólares, tras recuperarse durante todo el verano y haber llegado a cotizar a 0,92 dólares tras la bajada de los tipos de la Reserva Federal la semana pasada. Pero el efecto de esta incertidumbre por la decisión del BCE fue temporal y a última hora se recuperó a 0,911 dólares.
La posibilidad de que el dato sobre la masa monetaria (M3), que se dará a conocer hoy, sea mayor en julio de lo que se esperaba hasta ahora, podría llevar al BCE a mantener los tipos de interés en el actual 4,5%.
Esto ocurriría si finalmente el Consejo de Gobernadores del BCE decide dar prioridad al crecimiento aun a costa de poner en peligro el control de la inflación. En julio, el IPC armonizado de la zona euro se situó en el 2,8%, ocho décimas por encima del objetivo de estabilidad fijado por el banco. La masa monetaria, que el BCE utiliza para evaluar la inflación a medio plazo, creció un 6,1% en junio alejándose también del objetivo del 4,5%. A estas supuestas razones macroeconómicas contra la rebaja de tipos se suma otra de imagen. æpermil;sta no es otra que la presentación oficial, el próximo jueves, de los billetes y monedas en euros, lo que podría retrasar el descenso de los tipos para no hacer sombra a dicha presentación.
Sin embargo, y a la espera del comportamiento de la masa de dinero en circulación en los Doce, la mayoría de los analistas esperan que el BCE recorte los tipos de interés 0,25 puntos el próximo jueves. Es más, a su juicio, el precio del dinero aún experimentará un mayor recorte, de 0,75 puntos desde ahora hasta marzo del año que viene. Incluso los analistas más críticos con la política de Duisenberg consideran que, aunque el recorte de los tipos se produzca el jueves próximo, esta operación llegará tarde, ya que los mercados de futuros van más lejos y no sólo recogen el primer recorte de 0,25 puntos, sino otro cuarto para antes de que acabe el año, y para marzo estos expertos hablan de una rebaja acumulada desde ahora de 0,75 puntos, situando los tipos en el 3,50% en que están ahora en Estados Unidos tras el último recorte de la pasada semana.
De cualquier forma, si estas predicciones no se cumplieran y la decisión fuera mantener los tipos, Duisenberg y el resto de los gobernadores se enfrentarán una vez más a un coro de críticas que acusarán al BCE de no intentar evitar una mayor desaceleración de la economía. Críticas que por otra parte no son nuevas, ya que, en anteriores expresiones de prudencia puestas de manifiesto por Duisenberg, éste ya ha recibido reproches por no reaccionar con la misma agilidad que la Fed estadounidense o el Banco de Inglaterra. Además, si el eurobanco aplazara la relajación de su política monetaria, estos mismos analistas auguran que la divisa podría entrar en una nueva espiral de depreciación como la iniciada en enero pasado.