Los empresarios exigen a Fox más realismo ante la crisis
El optimismo del presidente mexicano, Vicente Fox, está empezando a molestar a los empresarios, que demandan al mandatario más realismo ante la situación económica y más inversiones en construcción e infraestructuras para reactivar el crecimiento. El PIB se estancó en el segundo trimestre del año y el crecimiento de los seis primeros meses fue del 0,9%.
Ante los preocupantes datos de la economía, Fox pide calma: "No hay que apanicarse", señala el confiado dirigente. El Ejecutivo se resiste a volver a rebajar su previsión de crecimiento, que empezó en un ambicioso 4,5% y ha terminado reducida a un rango del 2%. Sin embargo, el coordinador de Políticas Públicas, Eduardo Rojo, ya ha reconocido que será "difícil" que el alza del PIB supere el 1,8%.
El Gobierno echa la culpa a la desaceleración económica mundial y en especial a su vecino del norte, Estados Unidos, donde van destinadas el 90% de las exportaciones mexicanas. En estas circunstancias, el presidente mexicano ya ha advertido que no adoptará "medidas populistas" que pasen por incrementar el gasto público.
El equilibrio presupuestario es la gran ambición del Ejecutivo, cuyo objetivo para 2001 es que el déficit público no supere el 0,6%. Para ello no ha dado en recurrir a una fuerte austeridad presupuestaria, que ha provocado ya dos recortes en el gasto público, equivalentes a la caída de la recaudación que han experimentado las arcas públicas.
Para Fox, la solución a la maltrecha economía pasa necesariamente por la aprobación de su polémica reforma tributaria, a debate en el Congreso. La reforma prevé, entre otras cosas, la aplicación del IVA del 15% a las medicinas y alimentos, hasta ahora exentos.
El debate de la recesión
Los expertos y los empresarios han advertido repetidamente que el país está o va directo a la recesión, pero el Ejecutivo no lo acepta.
Sin embargo, a lo largo de la semana se ha suscitado la polémica, provocada por la descoordinación de las declaraciones: Mientras Fox negaba en Chile que el país estuviese en recesión, Rojo admitía en el D. F. que ésta era ya un hecho. Mal que le pese, los expertos coinciden con Rojo. "Todos los indicadores señalan una tendencia de una fuerte recesión económica", señala el analista Pablo Álvarez, de Bursamétrica, sociedad que ha rebajado sus previsiones de PIB al 0,5%. En la misma línea está el presidente del Colegio de Economistas, Miguel González, mientras Nathaniel Karp del BBVA-Bancomer asegura que la economía está en recesión "desde el primer trimestre".
Los indicadores económicos van ensombreciendo el panorama. El crecimiento nulo del segundo trimestre es el primero desde 1995; el Instituto de Estadística ha avanzado el dato del IPC de agosto, que creció el 0,35%, más del doble de lo esperado; el déficit comercial de julio (538 millones de dólares, 590 millones de euros) también superó las expectativas; desde junio se han destruido 500.000 empleos, según ha reconocido el ministro de Finanzas, Francisco Gil, y, como colofón, el PIB per cápita descendió en el primer semestre un 2,5% respecto al mismo periodo del año pasado.
Los empresarios reclaman al Banco de México una política monetaria más relajada y al Gobierno inversiones que impulsen el consumo y el empleo. Pero Fox no pierde los nervios: "La desaceleración es temporal", afirma.