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Estrategia de las Empresas

Camper, de Mallorca a pisar por casi todo el mundo

La historia de los zapatos Camper es una leyenda que comienza en 1877 en la isla de Mallorca. Allí vivía un zapatero, que además de ser un gran artesano era emprendedor, entusiasta y creador. Se llamaba Antonio Fluxá. Un buen día decidió que iba a hacer realidad un sueño y viajó a Inglaterra para conocer nuevos métodos en la fabricación del calzado. Su inquietud le empujaba a descubrir nuevas ideas y opiniones y formas de trabajar.

Volvió a Mallorca con una máquina de coser Goodyer bajo el brazo. Fue su mejor inversión porque gracias a ella montó la primera fábrica mecanizada de la isla. Y aquí comienza la historia de los zapatos Camper, un sueño que Antonio Fluxá empezó a hacer realidad. Reunió a un grupo de artesanos del calzado mallorquínes y, así, inició una saga de fabricantes de calzado que llegará a implantar 200 fábricas en Mallorca. Antonio Fluxá tuvo un hijo, Lorenzo. Creció entre zapatos y en 1975 creó la marca Camper. Heredó de su padre el entusiasmo y el gusto por los zapatos. Su trabajo ha consistido fundamentalmente en consolidar la vocación industrial de la actividad familiar y mimar a la vez las raíces artesanales que hicieron de esta marca algo diferente en el sector del calzado.

'Camaleón'

Camper es una idea fruto de los grandes cambios de valores, de estilo de vida, de las nuevas relaciones sociales, que comienzan en los años sesenta. La gente, sobre todo la juventud, empezaba a ver y entender la vida de otra manera. Desde su nacimiento, Camper formaría parte inseparable de esa nueva forma de andar por la vida.

Toda la filosofía de Camper se encuentra en el primer zapato que creó el hijo del artesano mallorquín, Lorenzo Fluxá. Lo bautizó con el nombre de Camaleón. Pero su origen es aún más antiguo. Se remonta a 1928. En este año los zapateros de Mallorca utilizaban neumáticos de camión gastados y lonas de carruajes que se cosían a mano con hilo de cáñamo para hacer los zapatos de aquella época que la gente utilizaba para llevar al campo.

Es en el año 1975 cuando Camper rescata, desde el campo, el Camaleón para el hombre de la ciudad, lo resucita para el hombre de hoy. Reciclado y respetuoso con el medio ambiente, tradicional y actual.

Esta es la historia de una de las marcas de zapatos más importantes de España y del mundo, con raíces eminentemente artesanas, y que fue el sueño hecho realidad de un zapatero mallorquín entusiasta y emprendedor.

 

Tres millones de pares vendidos

Camper abre su primera tienda en la calle Muntaner de Barcelona en el año 1982. Se elige esta ciudad no por casualidad. Barcelona en la década de los ochenta significa diseño, creatividad, vocación europea, industria, Gaudí, mediterráneo. Hoy tiene casi 50 tiendas por todo el mundo.

En esta primera tienda tratan de que el espacio y las formas inviten a que entres, veas, toques y te pruebes unas Camper, o dos, o 100. Un espacio abierto. Es una forma revolucionaria de vender, de tratar al cliente, de hablarle, de mirarle. Todo se combina con una innovación vanguardista en escaparatismo. En 1992, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla, Camper decide probar en Europa y abre sus primeras tiendas en Londres, Milán y París. Y hoy, la expansión internacional de Camper continúa en Inglaterra, Francia, Alemania, Japón, Estados Unidos y Canadá... La facturación de Camper en el año 2000 fue de 120 millones de euros (20.000 millones de pesetas). Vendió tres millones de pares de zapatos.

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