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El euro sube a 0,91 dólares, su nivel más alto en cinco meses

El euro ha experimentado una recuperación en las últimas semanas, hasta cotizar a 91 centavos de dólar, debido más a las malas noticias que llegan de Estados Unidos que a sus propios fundamentos. El repunte de la divisa es una buena noticia para la inflación de la zona euro, pero pone en riesgo el motor del ya tímido crecimiento alemán: las exportaciones.

Durante meses, y pese al deterioro evidente y reconocido de la economía estadounidense, el dólar ha mantenido su fortaleza en niveles, en algunos momentos, históricos. Con una economía en retroceso, los industriales estadounidenses se quejaban de que la fortaleza de la divisa restaba competitividad a sus exportaciones. Haciendo caso omiso de sus reclamos, las autoridades de Washington han venido ratificando, con más o menos fortuna, su política en favor de un dólar fuerte.

A este lado del atlántico, los problemas de la debilidad del euro se atribuían a la falta de unidad política del proyecto europeo, la escasa confianza que despertaban entre los inversores las autoridades económicas de la región y las peores perspectivas de crecimiento a medio y largo plazo. Eran los primeros meses del año y entonces la economía europea todavía crecía al 2,6%, frente al 1,3% de Estados Unidos.

Ayer, por primera vez desde el 14 de marzo pasado, la moneda única volvió a los 91 centavos de dólar. Este repunte (del 6,5% en un mes) obedece a las malas noticias que arroja EE UU.

Pese a la agresiva bajada de los tipos de interés (del 6,5% al 3,75% en lo que va de año) y la devolución de impuestos aprobada por el Gobierno de George Bush, la economía no muestra signos claros de recuperación. Es más, la recesión en que se encuentra sumido el sector industrial desde hace un año empieza a afectar a otros sectores de la actividad, incluido el consumo que representa dos tercios del PIB.

Además, el Fondo Monetario Internacional volvió a repetir el martes su mensaje de finales de junio y alertó del riesgo creciente a una brusca depreciación del dólar ante la "insostenibilidad" del abultado déficit por cuenta corriente.

El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, volvía a defender ayer su apoyo a la fortaleza del dólar, sin ningún efecto sobre el mercado.

La nueva fortaleza del euro reduce las presiones inflacionistas en la zona euro, como ya han reflejado los índices de precios de las principales economías en julio. A ello ha contribuido la caída del precio del crudo respecto al verano de 2000 (ahora a 26 dólares el barril frente a los 34 del año pasado).

Este escenario abre las puertas a una nueva bajada de tipos del Banco Central Europeo, aunque los expertos descartan una rebaja mayor a los 25 puntos (hasta el 4,25%) en una sola reunión.

Una relajación de la política monetaria puede ser la única salvación para las exportaciones europeas y, más concretamente, para las alemanas. La primera economía de la UE ha registrado una fuerte desaceleración de su demanda interna, muy sensible al fuerte aumento del paro. Ello ha llevado al Gobierno de Gerhard Schröder a rebajar hasta en cuatro ocasiones sus previsiones de crecimiento hasta una banda entre el 1,5% y el 2%.

Hasta ahora, la debilidad del euro permitía que las exportaciones alemanas mantuvieran un crecimiento aceptable, lo que las había convertido en el motor de la economía. El repunte de la divisa se dejará sentir, sin duda, sobre el sector exterior alemán y más ahora que el comercio mundial acentúa su desaceleración ante las dudas que arroja EE UU.

 

Fuerte caída del paro en Reino Unido

El desempleo en Reino Unido descendió en julio en 12.800 personas, superando así las expectativas de los analistas. El número de parados asciende a 950.000 personas, lo que sitúa la tasa de paro en el 3,2% de la población activa, la tasa más baja desde octubre de 1975.

La Oficina Nacional de Estadísticas también hizo públicos los datos sobre los incrementos salariales, que crecieron una media del 4,8% entre abril y junio, frente al 4,6% registrado entre marzo y mayo.

Pese a los despidos que se han producido entre los trabajadores con alta cualificación, el paro lleva seis reduciéndose a una media de 10.000 personas mensuales. Sin embargo, los analistas prevén un nuevo aumento del desempleo en los próximos meses, ante la desaceleración económica y la recesión oficialmente declarada del sector industrial.

De hecho, los datos revelan una caída de las solicitudes de empleo, como lo demuestra que el número de ofertas de trabajo sin cubrir creciera el mes pasado hasta las 444.000, el mayor récord desde principios de los años ochenta.

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