Las 'telecos' relevan a Argentina como excusa de los vendedores
La Bolsa regresó a zona de mínimos, alrededor de los 8.200 puntos, con Telefónica como principal lastre del mercado. El valor que más pesa del Ibex fue, también, el que más bajó. Las telecos sustituyeron a Argentina como preocupación principal de un mercado cuyos movimientos, de todos modos, son más oscilaciones técnicas que cambios de tendencia.
Es agosto. Hay poco volumen y el Ibex lleva más de un mes en el rango de 8.150-8.650 puntos. En mayo estaba también plana, alrededor de los 9.500 puntos. Pero la crisis argentina llevó a la Bolsa a bajar un escalón. Ahora, las especulaciones sobre ayudas del FMI al país latinoamericano, los cambios de recomendación en las telecos o los bandazos del Nasdaq son meras excusas para que los inversores institucionales muevan ligeramente al alza o a la baja el mercado y, si es posible, se lleven un magro pellizco en esta época de vacas flacas.
Hay, actualmente, otro factor en juego, el enfriamiento económico. Es cualquier cosa menos nuevo, pues lleva de actualidad casi un año. Pero los últimos informes de las autoridades monetarias tanto en Estados Unidos como en Europa han agudizado el miedo a la recesión. Con ello, la puerta a nuevas rebajas de tipos está abierta.
Pero, como se ha comprobado desde principios de este año, los mercados están más pendientes de los resultados empresariales y del dinamismo económico que de las rebajas en los tipos de interés. Ya no hay jarabe mágico para la Bolsa.
La lectura de la situación para los operadores es poco halagüeña. Esperar y ver. La mitad del mercado está de vacaciones. No se esperan datos macro muy importantes en lo que queda de verano. Pero eso no quiere decir que haya que desconectar de la Bolsa. La situación es tan delicada que en un par de semanas uno se puede perder la mayor subida desde principios de 2000 o, por el contrario, un regreso a mínimos del Nasdaq.
Mientras no lleguen noticias rompedoras, nadie quiere mover sus posiciones actuales. Si acaso, hacer un poco de especulación técnica para matar el tiempo y sacar algo de dinero. El inversor particular, a otra cosa.
Pendientes de las ayudas del FMI
Este fin de semana se decidirá, presumiblemente, si el FMI ofrece un nuevo colchón financiero a la debilitada economía argentina. El adelanto de 1.360 millones de euros (200.000 millones de pesetas) para finales de agosto será confirmado con toda probabilidad. Pero la clave está en si se dará más dinero para mantener el statu quo.
Sin la ayuda exterior, es complicado que Argentina salga del paso. Las retiradas de depósitos del sistema financiero son la tortura de la gota para Cavallo. Si no entra dinero en la banca y los reembolsos no dejan de sacarlo, llegará un momento en que los operadores vuelvan a golpear con saña los mercados argentinos. Ello podría suponer la puntilla para el Gobierno de Cavallo o para la convertibilidad.
En el mejor de los casos, Argentina compraría tiempo. Un crédito del FMI daría un respiro a Cavallo, que sólo tendría que preocuparse de no ceder al descontento social y rezar porque la reactivación económica (si es que llega) devuelva la confianza a los mercados.
Ahora bien, esta semana llegó una noticia negativa, como fue el aislamiento que el FMI hizo de las situaciones argentina y brasileña. Si el FMI cree que Argentina es un compartimento estanco, el temor a una devaluación será menor, como el incentivo para ayudar a Cavallo.