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América Latina pide ayuda internacional para Argentina

El Gobierno argentino intentará convencer hoy al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que el país necesita nuevas ayudas para restaurar la confianza de los mercados, pero el Fondo se muestra bastante escéptico. El colapso de Argentina arrastraría a toda la región y sus Gobiernos hicieron ayer un llamamiento para solicitar la ayuda internacional.

Las tres principales economías de América Latina, Brasil, Chile y México, instaron ayer a la comunidad internacional a brindar ayuda a Argentina para que salga del riesgo de una suspensión de pagos. Los Gobiernos de estos países están presionado en especial a los miembros del grupo de los siete países más industrializados (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) para que tiendan una mano a Buenos Aires.

También el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, aseguró que el ajuste adoptado por el Gobierno argentino ha sido "muy duro", aunque a su juicio resultaba "inevitable" para superar la actual coyuntura, y se mostró convencido de que el coste de no haber adoptado estas medidas habría sido "mucho más penoso".

Mientras, el viceministro de Economía, Daniel Marx, encabeza el equipo del Gobierno argentino que entre hoy y mañana intentará convencer al FMI para que apruebe nuevas ayudas para la economía argentina.

A lo largo de la semana el Gobierno que preside Fernando de la Rúa ha dado por hecho el nuevo rescate financiero, pero en Washington no ven tan claras las cuentas y sólo se comprometen a anticipar los desembolsos que ya estaban programados. No en vano, el límite fijado por el Gobierno para anunciar el nuevo paquete vencía ayer y, sin embargo, las negociaciones con los técnicos del Fondo se prolongarán hasta mañana.

Con ello han conseguido, al menos, una recuperación de los bonos y un descenso del riesgo-país por debajo de los 1.500 puntos. Pero la jugada puede volverse en su contra si finalmente no se materializa la ayuda.

Así las cosas, el equipo que dirige Domingo Cavallo ha matizado que no se trataría de una "financiación convencional", sino de una especie de "reaseguro para garantizar la liquidez del sistema" y que en ningún caso, enfatizó, "será utilizado para financiar gasto público".

Ante la fuerte retirada de depósitos, los bancos comienzan a tener problemas de liquidez y han reaccionado con una subida de los tipos del mercado interbancario (las que se pagan entre los bancos), que acaba repercutiendo en el crédito al sector privado. El banco central ha tenido que tirar de sus reservas para ayudar al sistema financiero, con lo que la pérdida de la entidad asciende a 12.540 millones de euros desde marzo. Sólo desde finales de junio, la caída ha sido del 28,7%.

El Gobierno quiere tener un colchón para intervenir en el mercado, si fuera necesario, y respaldar las reservas del banco central. Su idea inicial era conseguir del Fondo entre 6.840 millones y 10.260 millones de euros para este nuevo rescate. Ayer, el jefe de asesores del Ministerio de Economía admitía que con 5.700 millones de euros "alcanza".

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