Lladró y Bancaja promueven chalés de lujo junto a Terra Mítica
Los grupos Lladró y Bancaja se han unido a la familia Murcia Puchades para construir 1.300 chalés de lujo y un hotel de cinco estrellas en Finestrat (Alicante), junto a Terra Mítica. La inversión rondará los 30.000 millones de pesetas. Esta alianza consolida a los conocidos empresarios de la porcelana y a Bancaja como dos de los más activos promotores valencianos.
El grupo financiero Bancaja y la compañía de porcelana decorativa Lladró han apostado definitivamente por la costa alicantina como zona de expansión de sus negocios inmobiliarios. Ambos grupos han entrado con un 12,5% cada uno en la sociedad Sierra Cortina 2000, propiedad de la familia Murcia Puchades, para construir un gran complejo de lujo en Finestrat, junto al parque temático Terra Mítica.
La inversión prevista es de unos 30.000 millones de pesetas (180,3 millones de euros) -no concretada, puesto que algunas instalaciones están en estudio-, para lo cual la empresa amplió capital recientemente hasta 54 millones de euros (9.000 millones de pesetas), operación en la que se dio entrada a los grupos Lladró y Bancaja.
El proyecto Sierra Cortina Resort, cuyas obras ya se han iniciado, ocupa un millón de metros cuadrados en la localidad alicantina de Finestrat, al oeste de Benidorm. Estos terrenos multiplicaron su valor en 1997 al decidir el Gobierno valenciano la ubicación de Terra Mítica en una zona colindante de Benidorm, sobre una superficie arrasada por un incendio. Las leyes valencianas impiden construir sobre terrenos previamente quemados, pero la Generalitat hizo una excepción en el caso de Terra Mítica.
Según el empresario Francisco Murcia Puchades, el complejo consta de unas 1.300 viviendas de distinto formato -chalés, apartamentos y adosados-, todos ellos de alta calidad y precio. La empresa ha iniciado la comercialización de la primera fase, que estará terminada a finales de 2002.
Sierra Cortina 2000 construirá también un hotel de cinco estrellas con 250 habitaciones, que será probablemente arrendado a una cadena hotelera, aunque esta decisión no es firme. Otra instalación que ya está decidida es una escuela de hípica.
Negocios en la costa
La empresa estudia la construcción de un pequeño campo de golf. "Estamos mirando a ver si tiene cabida", explica Francisco Murcia Puchades. Según el empresario, la inversión inicial era de 25.000 millones, pero el proyecto del hotel y la posible construcción del campo de golf han elevado esa cantidad.
La comercialización la llevan a cabo Murcia Puchades Holding, que tiene un 50% de la sociedad -el otro 25% pertenece a otra rama de la familia-, y Cisa, la inmobiliaria de Bancaja. Para ello la promotora benidormí, una de las más activas en la costa alicantina, está creando una red comercial en Europa -de momento en Alemania y el Reino Unido-, mientras que Cisa tiene alianzas con sendas cajas de ahorros de Alemania y Noruega para vender apartamentos a través de sus redes de sucursales.
Lladró y el grupo Bancaja, accionistas de Terra Mítica con un 5% y un 15%, respectivamente, han entrado de lleno en la urbanización del litoral alicantino, adonde se está trasladando la actividad inmobiliaria de la Comunidad Valenciana, una vez completados los planes de la capital. La mayoría de los promotores miran a la costa -también en Castellón hay una gran actividad-, donde no ha llegado la desaceleración inmobiliaria que se aprecia en las ciudades.
En concreto, Bancaja participa ya en una veintena de empresas inmobiliarias a través de su promotora Actura. En la mayoría de los casos son participaciones menores del 50% junto a importantes grupos locales como Agustín Escandón y Cyes en Valencia, Lubasa en Castellón y Enrique Ortiz e Hijos en Alicante.
Estas alianzas permiten al grupo Bancaja comercializar grandes urbanizaciones en la costa a través de su filial Cisa. Esta empresa vendió el año pasado inmuebles propios y ajenos por valor de 21.000 millones de pesetas (126,21 millones de euros), lo que le supuso una facturación de 4.300 millones de pesetas (25,84 millones de euros) y un aumento de los beneficios del 37%, hasta 651 millones (3,91 millones de euros).
Por su parte, Lladró cuenta desde 1997 con un grupo inmobiliario encabezado por la sociedad Rosal, que está construyendo más de 3.000 viviendas en Valencia y junto al grupo Ballester tienen en Altea (Alicante) una de las promociones de chalés de lujo más importantes de la costa valenciana.