Singapur presenta un plan contra la recesión de 228.000 millones
El Gobierno de Singapur presentó ayer un plan basado en el recorte de impuestos y en el gasto público para frenar la recesión económica y amortiguar sus efectos, que, según se prevé, supondrá la pérdida de 20.000 empleos.
El plan está valorado en 1.200 millones de dólares (228.000 millones de pesetas) e incluye también un recorte de las contribuciones de los trabajadores al sistema de pensiones.
La cercanía de las elecciones ha hecho enfocar el plan de ayuda a favorecer a los trabajadores más que a recortar los costes de las empresas. Las previsiones apuntaban a que el Gobierno convocaría elecciones antes del límite de agosto de 2002, posiblemente el próximo mes de septiembre, pero la recesión puede reforzar la oposición y hacer que el Gobierno posponga los comicios. El Partido de Acción Popular, en el poder desde que Singapur consiguió la independencia, en 1965, acapara 81 de los 83 escaños del Parlamento.
El Gobierno ha rebajado el crecimiento de la isla, de cuatro millones de habitantes, hasta un 1,5%-0,5% este año, frente al 3,5%-5,5% previsto en un principio, después de que en 2000 su PIB mejorara un 9,9%.
"Esperamos que [los despidos] aumenten cuando las empresas empiecen a desprenderse de empleados", advirtió ayer el ministro de Comercio e Industria, George Yeo, ante el Parlamento.
Las compañías se han visto afectadas por la desaceleración de EE UU, que ha originado un fuerte descenso en las exportaciones, sobre todo entre las empresas dedicadas a los productos electrónicos. Maxtor, el primer productor de dispositivos de almacenamiento, reportó el último trimestre pérdidas de 31,6 millones de dólares (unos 6.000 millones de pesetas), frente a las ganancias de 14,1 millones de dólares de un año antes.
Para reducir los efectos de la crisis, el Gobierno destinará 110 millones de dólares (unos 20.000 millones de pesetas) a obras públicas y pospondrá la restauración de las contribuciones a las pensiones. Prevista para este año esta medida supondría unos desembolsos para los trabajadores de casi 500 millones de dólares (unos 95.000 millones de pesetas). Dichas contribuciones fueron reducidas en 1998, cuando tuvo lugar la crisis del sureste asiático.
El plan incluye, además, un recorte de los impuestos a la propiedad de 138 millones de dólares y una reducción de 147 millones de dólares en los alquileres de vivienda y suelo industrial de propiedad estatal.