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CATALUçA

Varias cooperativas negocian crear una marca conjunta de leche

La progresiva concentración y fusión de empresas ha empujado a las cooperativas lácteas catalanas a idear un proyecto para la creación de una marca conjunta de leche, algo que no existe ahora en la región. Una quincena de cooperativas está analizando la viabilidad de un proyecto que les permitiría afrontar el futuro con mayores garantías de competitividad.

La unión hace la fuerza. Convencidas de ello, las cooperativas del sector lácteo catalán negocian desde principios de año la creación de una entidad de productos lácteos que les permita la comercialización conjunta de sus productos. La iniciativa contempla la posibilidad de crear una marca catalana de leche, inexistente por ahora.

Fuentes del sector apuntan que aunque existen cooperativas que elaboran derivados lácteos -quesos, mantequilla y yogures-, la mayoría sólo recoge la leche de sus socios ganaderos para venderla a terceros, "de manera que siempre acaba en manos de multinacionales y de empresas de fuera de Cataluña". "Si se crea una marca catalana de leche podríamos dotar de valor añadido a nuestro producto base y proceder a un embotellado conjunto que beneficiaría a todo el sector".

Las mismas fuentes aseguran que el proyecto, en fase de negociación entre las coo-perativas, tiene como finalidad "unificar esfuerzos en la comercialización conjunta para ganar competitividad y afrontar el futuro con mayores garantías".

La iniciativa cuenta con el respaldo de la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC), a la que están asociadas 15 cooperativas lácteas ubicadas en las provincias de Girona, Lleida y Barcelona, con una facturación global de unos 13.500 millones de pesetas (81,1 millones de euros). Según datos de la FCAC, estas 15 cooperativas producen el 40% de la leche de Cataluña. "Si no ideamos estrategias comunes, seremos empresas vulnerables y, si hemos de crecer, debemos hacerlo unificando esfuerzos", asegura el responsable de la sección láctea de la FCAC, Josep Fàbrega.

El proyecto también cuenta con el beneplácito de la Generalitat de Cataluña, que defiende la futura comercialización conjunta a través del Plan de Modernización y Concentración de las Cooperativas Agrarias. Las fuentes consultadas apuntan que, aunque la fórmula empresarial no está decidida, la más adecuada sería una cooperativa de segundo grado siguiendo el ejemplo de la cooperativa leridana Actel en el sector de la comercialización de fruta.

En cuanto a la creación de una marca de leche catalana, las experiencias habidas hasta ahora no han fructificado. Es el caso de Lactomanufacturas, con sede en Manlleu (Barcelona), empresa embotelladora de la cooperativa Plana de Vic (Barcelona), que comercializaba bajo la marca Plana de Vic. En 1992, la empresa cerró y cedió la marca a Granja Castelló, de Mollerussa (Lleida), a la que ahora vende unos 20 millones de litros de leche al año. Desde que Puleva tomó el control del 80% de Granja Castelló (leche El Castillo) y Central Lechera Asturiana hiciera lo mismo con Ato, el mercado catalán se ha quedado sin una marca propia de leche.

Las cooperativas leridanas Cadí y Copirineo son las más representativas del sector. Cadí, que elabora quesos, mantequilla y lactosa, alcanzó en 2000 unas ventas de 5.749 millones de pesetas. La cooperativa industrializa entre 65 y 73 millones de litros de leche anuales. Copirineo, con una facturación de 3.400 millones, es el segundo fabricante nacional de mozzarella e industrializa 73 millones de litros anuales.

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