Montilla y el hospital del desconcierto
La Junta se niega a concertar en Montilla (Córdoba) un hospital privado de la empresa J. M. Pascual, a la que acusa de "chantaje" por abrirlo gratis al público durante un año y cerrarlo luego.
Los ciudadanos de Montilla, un pueblo cordobés de 23.000 habitantes, no tenían ningún hospital en 1999, pero van a tener dos -uno privado y otro público- en 2002. El consejero andaluz de Salud, Francisco Vallejo, atribuye la duplicidad a un "chantaje" de la empresa gaditana J. M. Pascual, especializada en construir y gestionar hospitales privados.
J. M. Pascual factura 13.000 millones de pesetas (78 millones de euros) anuales, de los que más de 11.000 millones de pesetas (66 millones de euros) provienen del concierto (contrato de explotación entre una empresa y la Administración) con la Junta de Andalucía de un total de seis hospitales, situados en Cádiz, El Puerto de Santa María (Cádiz), Villamartín (Cádiz), Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Huelva y Málaga.
La mayoría de esos centros -excepto el de la capital gaditana, que data de 1949- han sido concertados por la Junta de Andalucía aproximadamente un año después de que la empresa J. M. Pascual los abriese al público.
Pero la Junta ha dicho basta en el caso del hospital Virgen de las Viñas de Montilla, que debe su nombre a la tradición bodeguera de la comarca . "Abrieron el hospital gratis al público durante un año, transcurrido ese tiempo lo cerraron para presionar a la Junta y obligarla a concertarlo", asegura Francisco Vallejo. "Por mi parte, que nadie más vaya a construir hospitales para alcanzar acuerdos con la Junta; el que quiera construirlos que los haga, y después ya veremos si nos interesa concertarlos", añade.
Insurrección en el pueblo
El Virgen de las Viñas abrió en mayo de 1999 y cerró un año más tarde -y así sigue- provocando la insurrección de los vecinos contra la Junta, a la que culparon de dejarles sin cobertura hospitalaria. La apertura con servicios gratuitos a la población se hizo, como en otros lugares, tras llegarse a un acuerdo con las asociaciones de vecinos de la localidad, según José Manuel Pascual, presidente de la compañía.
Pascual afirma que el proceso de construcción de hospitales para su concierto con la Junta se inició tras la publicación por parte del Gobierno andaluz en 1991 de un Libro blanco de la sanidad en la región en el que se instaba a los empresarios sanitarios a promover hospitales para su concierto, ya que la red andaluza necesitaba un 15% de aportación privada. "Nos decían que mejorarían las condiciones de los conciertos, razón por la que nos metimos en esa estrategia de crecimiento consistente en ir a lugares donde no llegaba la Junta".
El día que empezaron las máquinas a preparar el terreno del hospital de Pascual en esta localidad, el entonces consejero de Salud, José Luis García Arboleya, "llegó a la obra y dijo que la Junta iba a hacer su hospital al lado", según el empresario.
El sustituto de García Arboleya, Francisco Vallejo, ratificó esta decisión y ya ha iniciado las obras del nuevo hospital público de Montilla. Las ha adjudicado a la constructora Corsa Corviam por 1.412 millones de pesetas (8,48 millones de euros) y ha dado orden de que todas las actuaciones de esta obra se tramiten por la vía de urgencia.
Pascual y Vallejo mantuvieron una reunión el pasado 18 de mayo para intentar resolver el problema que los abocaba a tener dos construcciones hospitalarias en un pueblo de poco más de 20.000 habitantes.
Según el empresario, la Junta convocó un concurso público para adjudicar el hospital de Montilla. "Acudimos al concurso con una oferta de 2.200 millones de pesetas que rebajamos a 2.099 millones si la cantidad la pagaba la Junta al contado. La consejería dijo que sí, pero a los tres días Vallejo dijo que lo habíamos engañado porque las Administraciones nunca pagan al contado".
Vallejo, por su parte, asegura que en las relaciones que ha mantenido con el empresario no se puede hablar ni siquiera de que haya habido algo parecido a una negociación, único punto en el que está de acuerdo Pascual, que califica la entrevista de "torpedeante" por parte del consejero.
El caso de Extremadura
Pero Pascual está encontrando más obstáculos en su política de expansión a expensas de las Administraciones. El Ministerio de Sanidad tampoco le concede concierto para otro hospital en Zafra (Badajoz), que cerró en septiembre de 2000 tras el pertinente año de apertura gratis, aunque en este caso Pascual afirma que se trata de un escollo salvable cuando Extremadura reciba las competencias de Sanidad desde el Insalud.
En este caso, Pascual asegura que "existía una reivindicación histórica del pueblo de Zafra para conseguir un hospital, ya que un ex ministro [cuyo nombre no cita] decidió construir el hospital de la comarca en la localidad vecina de Llerena, de la que era natural", cuenta.
"El presidente del Gobierno extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aunque decía preferir un hospital público, manifestaba que habría que conformarse con el de Pascual", argumenta el empresario. "El problema vino con el cambio en el ministerio y la llegada de Celia Villalobos. La ministra malagueña no quiso ser menos que la Junta de Andalucía y paralizó la concesión. Pero Ibarra se sentará con nosotros cuando reciba las transferencias", afirma.
La familia Pascual inició su negocio hospitalario en Cádiz, donde abrió el primer centro de seis camas en plena posguerra. La expansión se inició con la adquisición del hospital de El Puerto de Santa María, comprado al forense sevillano Luis Frontela en 1986. Lo concertó con la Junta en 1988. Después compró el Blanca Paloma de Huelva a sus propios trabajadores en 1989 y lo concertó un año más tarde. En cascada llegaron el de Málaga, Villamartín (Cádiz) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).