El magnate que quiere ser el amo de Aerolíneas
Podría ser el próximo presidente de Aerolíneas Argentinas. De hecho, Eduardo Eurnekian es el postor mejor situado, aunque la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) no haya revelado quiénes han realizado las siete propuestas para comprar la línea aérea.
Hijo de un comerciante armenio exiliado en Argentina, el actual propietario de Aero-puertos 2000 se transformó, en menos de 20 años, en uno de los más destacados empre-sarios de su país. Hasta 1983, año en que compró una red de televisión por cable, Cablevisión (CV), de la provincia de Buenos Aires, Eurnekian no era más que el heredero de una mediana empresa textil fundada por su padre, Panos Eurnekian. El emplazamiento de la fábrica familiar en Chascomús, ciudad natal del entonces presidente Raúl Alfonsín, y las excelentes relaciones con el político radical le permitieron dar el primer salto de su exitosa carrera. Cablevisión pudo comenzar a operar en la capital argentina.
Hombre inquieto, "vive ideando iniciativas las 24 horas del día", según sus allegados, Eurnekian no tenía ninguna experiencia en el sector de los medios de comunicación. Pero, inmediatamente después de CV, la carrera de compras de Eurnekian no se detuvo: Radio del Pueblo se transforma en sus manos en Radio América; el periódico económico decano de Argentina, El Cronista Comercial, pasa a sus manos en 1986 y, finalmente, al año siguiente se queda con el Canal 2 de televisión. Así, nacía América el primer grupo multimedia de Argentina.
Ya totalmente volcado en este negocio, su alma de comerciante, de hombre acostumbrado a comprar y vender para realizar ganancias, no descansa. Y advierte, poco después de 1992, que la globalización progresa muy rápidamente en Argentina y que la posibilidad de vender de manera parcelada su imperio podría ser una fuente de grandes beneficios.
Hacia 1996 vende el 50% de CV, por varios cientos de millones de dólares, a la americana TCI, pero mantuvo el control de la empresa. El desencuentro con el nuevo socio le llevó a deshacerse de su parte de la sociedad, por la que consiguió 400 millones de dólares (unos 77.000 millones de pesetas). Más adelante se deshace de las emisoras de radio, de una productora de televisión y, al final del camino, el año pasado vendía al Grupo Recoletos, por 20 millones de dólares (casi 4.000 millones de pesetas), el diario El Cronista.
Con un patrimonio cercano a los 1.000 millones de dólares (192.000 millones de pesetas), el ex empresario textil y de las comunicaciones batalla desde 1999 en el mundo de la aeronavegación civil. Ese año se asocia con Ogden, de EE UU, y un grupo italiano, y se hace con la concesión de los aeropuertos argentinos. Este año se quedó con las dos primeras líneas aéreas de cabotaje.
Ahora pugna por Aerolíneas. Su secreto: negociar con el Estado, pagar poco y revender por mucho más.