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Greenspan rebaja al 1,25% la previsión de crecimiento de EE UU

La desaceleración de Estados Unidos será más intensa de lo previsto inicialmente. El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, rebajó ayer las previsiones de crecimiento hasta una horquilla del 2%-1,25% frente al 2,5%-2% estimado en febrero. Las incertidumbres persisten, lo que deja abiertas las puertas a nuevas rebajas de los tipos de interés.

Cuando todo el mundo parecía dispuesto a ver señales positivas en los indicadores que confirmaran la esperada recuperación del segundo semestre, Alan Greenspan reconoció ayer que la debilidad de la economía es mayor de lo previsto pocos meses atrás.

En su intervención bianual ante el Congreso, el presidente de la Reserva aseguró que el proceso de ajuste de los inventarios, y, por tanto, de la inversión, no ha terminado, lo que mantiene los niveles de producción bajo mínimos. El incremento de la inversión en alta tecnología, que en la década pasada propició el fuerte aumento de la productividad que posibilitó el mayor periodo de expansión económica, "se ha vuelto decididamente negativo".

Greenspan insistió en que es necesario finalizar este proceso de ajuste para dar paso a la recuperación, pero "la duración y la intensidad dependerán del comportamiento final de la demanda".

Y por ese lado la incertidumbre persiste. La confianza de los consumidores se ha estabilizado en los últimos meses, pero la continua caída de las Bolsas ha mermado la capacidad de gasto de los estadounidenses y "la desaceleración del mercado de trabajo pude inducir a un mayor deterioro de la confianza y del gasto" de los consumidores en el futuro.

Este escenario es el que ha llevado a la Reserva Federal a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento para 2001 y 2002. En su informe sobre Política monetaria y perspectivas económicas, estima que EE UU crecerá este año entre el 1,25% y el 2%, sensiblemente por debajo de la horquilla del 2%-2,5% barajada en febrero. Para 2002, las estimaciones oscilan entre el 3% y el 3,25%.

Asimismo, el desempleo aumentará más de lo previsto: desde el 4,5% hasta el 5%, una tendencia que se agudizará en 2002 (5,25%).

Estas previsiones de crecimiento suponen un fuerte frenazo en el ritmo que venía desarrollando la economía estadounidense en la última década (en 2000 creció un 5%) y quedan supeditadas al efecto sobre la demanda del fuerte recorte de tipos aplicado por la Reserva desde enero (desde el 6,5% al 3,75%), la rebaja de impuestos aprobada por el Gobierno de George Bush y la caída de los precios energéticos, según señaló Greenspan.

Pero ni ese ritmo de crecimiento está garantizado. "Hay claros riesgos de que diversos aspectos pueden ir peor con mucha facilidad".

Por un lado, los indicadores económicos ofrecen un panorama "mixto" y el banquero advirtió que la debilidad podría ser mayor si se desacelera más la demanda exterior. "La interacción de desaceleración económica en varios países a la vez ha magnificado la debilidad que cada una de las economías podría haber experimentado por sí misma".

Y Alan Greenspan no lo dudó: si es necesario la Reserva aprobará nuevas rebajas en los tipos de interés.

"El periodo de bajo desarrollo económico no ha terminado y no estamos libres del riesgo de mayor debilidad económica de lo inicialmente previsto y ello requerirá una mayor respuesta de la política" monetaria.

Sin embargo, la Reserva deberá valorar ahora otros frentes a la hora de aprobar nuevas rebajas de los tipos de interés, como es la evolución de la inflación. Greenspan señaló que la entidad no debe perder de vista su objetivo del mantenimiento de la estabilidad de precios a largo plazo. Aunque el coste de la energía ha bajado considerablemente y la economía registra "pequeñas evidencias de inflación", lo cierto es que la Reserva ha aumentado su previsión de incremento de los precios para este año hasta el 2%-2,5% frente al 1,75%-2,25% de febrero.

La próxima reunión de la Reserva tendrá lugar el 21 de agosto y los comentarios de Greenspan apuntan que, entonces, podría aprobar una pequeña rebaja de los tipos de interés de otro cuarto de punto, hasta el 3,5%.

 

La inflación alcanza el 3,2% en junio

Los precios al consumo crecieron en junio más de lo previsto en Estados Unidos debido al aumento del coste de algunos servicios, como la sanidad y los billetes de avión.

El IPC subió el mes pasado un 0,2%, pese a la fuerte caída de los costes de la energía, lo que situó la tasa interanual en el 3,2%. De hecho, la inflación subyacente (que excluye los elementos más volátiles, como energía y alimentos frescos) registró una subida del 0,3% y se sitúa en el 2,7% interanual.

Estos datos no coinciden con las previsiones de los analistas, que pronosticaban un incremento mensual de la inflación global de cuatro décimas en este periodo y del 0,1% de la subyacente. Se trata del mayor aumento mensual experimentado por la inflación estructural desde el pasado mes de febrero, mientras que en el caso del índice general, es la subida más débil desde marzo.

El Departamento de Trabajo explicó que el encarecimiento de los precios responde al comportamiento de múltiples sectores, entre los que destaca el de educación y comunicación, con una subida de cinco décimas, hasta situar la tasa interanual en el 2,9%. Otro de los factores fue el encarecimiento de las tarifas aéreas.

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