Gas Natural e Iberdrola pactan un canje de activos en América Latina
Gas Natural e Iberdrola han dado un importante giro en sus relaciones, que fueron muy conflictivas en meses pasados. Y han acordado un intercambio de activos en América Latina: la eléctrica vasca vende a la gasista sus participaciones en varias compañías de distribución de gas de Colombia y Brasil, y entrará en la filial mexicana del grupo que preside Antonio Brufau.
Gas Natural ha adquirido las participaciones de Iberdrola en las empresas brasileñas de distribución de gas CEG y CEG-Rio, que se elevaban a 9,87% y 13,10%, respectivamente. Con estas operaciones, la empresa que preside Antonio Brufau pasa a controlar el 29% y el 38% de CEG y CEG-Rio, que distribuyen gas en el Estado de Río de Janeiro y en las que ya es la operadora. El acuerdo entre las dos empresas energéticas comprende también la venta por la eléctrica vasca de su participación en la distribuidora gasista colombiana Gas Natural ESP, operación que permite al grupo gasista español alcanzar el 60% del capital de la que, asimismo, tiene la gestión.
El pacto suscrito ayer por los consejeros delegados de Gas Natural e Iberdrola, José Luis López de Silanes y Ignacio Sánchez Galán, respectivamente, da a cambio entrada a la eléctrica en la distribuidora que la gasista tiene en México. Iberdrola se compromete a adquirir un 13% de las acciones de Gas Natural México, que distribuye gas en seis Estados de ese país y a ciudades como la capital, Ciudad de México, y Monterrey, la principal urbe industrial. En la actualidad, cuenta con 620.000 clientes, con un crecimiento anual del 30%. Pero su área de concesión tiene una población de 18 millones de personas y cuenta con un mercado potencial de 3,5 millones.
México es un país clave en la política de expansión de Iberdrola. Es ya la primera generadora de electricidad independiente de ese país, en donde contará con una capacidad de generación de 5.000 megavatios en el año 2006. La apuesta por México fue uno de los atractivos que Endesa encontró en la compañía que preside Íñigo de Oriol cuando ambas empresas negociaban la después fallida fusión. Iba a ser además la plataforma de acceso a inversiones y proyectos en determinadas áreas del sur de Estados Unidos.
Con la compra del 13% de Gas Natural México, Iberdrola participará en otros eslabones de la cadena energética, con el acceso a clientes finales y más en áreas en las que ya está presente. En la actualidad tiene en construcción una central de ciclo combinado a gas en Monterrey que contará con una potencia instalada de 1.037 megavatios. Por el contrario, al igual que ya hizo en el área de las telecomunicaciones, está en retirada en determinadas áreas de Brasil. Su política en ese país se basa en la concentración en el noreste y en las filiales en la que puede tener peso en la gestión.
Las compañías que han suscrito este acuerdo no han informado sobre su importe, pero ambas transacciones tienen un volumen similar.
Nuevas relaciones
Pero lo que el pacto entre Gas Natural e Iberdrola refleja no es sólo una reordenación de participaciones en América Latina en beneficio de las dos. De él se evidencia un cambio en las relaciones entre ambas, que se fueron deteriorando en el reciente pasado hasta culminar con el intento de lanzamiento de una oferta pública de adquisición de la gasista sobre la eléctrica que fue radicalmente rechazada por el equipo directivo de Iberdrola. Gas Natural intentaba paralizar la fusión entre las dos grandes eléctricas que entonces se negociaba.
El conflicto también afectó a las actividades de Iberdrola con Enagas, participada al 100% por Gas Natural. La eléctrica denunció ante la Comisión Nacional de la Energía (CNE) a la empresa propietaria de los gasoductos. Por el contrario, ahora han alcanzado un acuerdo para el suministro a la central de Castellón.