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INTERNACIONAL

Un paquete bomba alerta sobre la seguridad en la reunión del G-8

La explosión ayer de un paquete bomba en Génova alarmó a las autoridades italianas, que han previsto un masivo despliegue de fuerzas de seguridad para proteger a los líderes del G-8, que se darán cita en esa ciudad del 20 al 22 de julio.

Los ánimos ya estaban alterados en Génova ante la próxima reunión de los siete países más ricos del mundo (G-7) más Rusia. El temor a los ataques violentos de algunos grupos radicales, erróneamente incluidos bajo el paraguas de las asociaciones antiglobalización, provocó que incluso las autoridades maldijeran la elección de su ciudad como el lugar de encuentro.

El incidente de ayer sirvió para alertar aún más a las fuerzas de seguridad, que desde hace semanas se esfuerzan en los preparativos para salvaguardar la seguridad de los mandatarios. Los presidentes de Rusia y Estado Unidos y los primeros ministros de Francia, Reino Unido, Japón, Canadá, Alemania e Italia acudirán a la cita de Génova. El ministro de Interior, Claudio Scajola, condenó el ataque por la radio. "Es un episodio extremadamente serio y aumenta la tensión justo antes de la cumbre del G-8", declaró. "Es un ataque cobarde realizado por elementos extremistas", quiso aclarar Scajola.

El paquete bomba que explotó ayer "fue entregado por un mensajero en la delegación policial. Fue llevado a una oficina, en donde hizo explosión cuando un policía lo abrió", explicó el portavoz de la policía. El agente resultó herido en las manos y en la cara y la explosión originó daños graves en el edificio. La comisaría está situada en un edificio residencial, que la policía evacuó, a la vez que acordonó la zona ante el temor de la existencia de otro artefacto explosivo.

Ningún grupo reclamó la autoría del atentado, pero el bloque antiglobalización, representado en el Foro Social de Génova, que aúna 800 grupos, se apresuró a rechazar la responsabilidad. "El Foro Social de Génova (FSG) condena el atentado de esta mañana y manifiesta su solidaridad con la víctima.

El FSG renueva su llamamiento en pro de manifestaciones masivas pacíficas", difundió en un comunicado.

El foro inició ayer su contra-cumbre, en la que, en un clima asambleario, se debatirán los mismo asuntos que ocuparán las reuniones de los mandatarios del G-8, como la pobreza, la deuda exterior, el comercio internacional, la evolución del medio ambiente y la prevención de los conflictos.

La 'contra-cumbre'

Los promotores del FSG esperan reunir a más de 100.000 personas para demostrar pacíficamente su rechazo al G-8. "No es un accidente que el ataque haya ocurrido el mismo día que el FSG inicia sus actividades.

El ataque persigue silenciar nuestros argumentos.

Esperamos que nadie intente provocar un ambiente de tensión que en Italia siempre ha sido dirigida contra los movimientos", decía el comunicado.

En clara contraposición a estos movimientos antiglobalización, asociaciones de violentos ya han avisado de que crearán disturbios durante la cumbre. El grupo italiano Tute Bianche (Todo Blanco) ya ha anunciado su intención de incitar a los actos violentos.

Para combatir estas demostraciones el Gobierno no ha ahorrado en medios. El primer ministro, Silvio Berlusconi, ha ordenado el despliegue de 15.000 policías y soldados por toda la ciudad durante el fin de semana, cuando tendrá lugar la cumbre. Los servicios secretos italianos, más sus homólogos de otros países también se han instalado en la ciudad del noroeste de Italia para evitar cualquier ataque terrorista, y el Gobierno anunció la semana pasada la colocación de misiles tierra-aire en el aeropuerto genovés.

El mar también está cubierto. Hombres-rana inspeccionan constantemente la bahía donde estará anclado el lujoso barco en el que pernoctarán los líderes. Excepto el presidente de EE UU, George Bush, que se alojará en una base militar estadounidense.

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