Durán afronta en Iberia un arbitraje con fondo político
Federico Durán, el árbitro designado por el Gobierno para resolver el contencioso entre Iberia y el Sepla, debe decidir en cuatro días sobre aspectos técnicos del convenio de los pilotos, ya que las diferencias entre las partes en la cuantía básica de los ingresos de las tripulaciones estaba prácticamente superada: 3,6 millones de pesetas de incremento medio por piloto hasta 2005. El nivel de beneficios que debe obtener la compañía para que se elimine la clave 104 y el tercer piloto transoceánico, principales puntos con los que lidiará.
El presidente en funciones del Consejo Económico y Social (CES), Federico Durán, aseguró el sábado que estaba "muy orgulloso y satisfecho" por su nombramiento como árbitro en el conflicto entre Iberia y el sindicato de pilotos Sepla.
Sin embargo, este abogado y catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, tiene una arduo trabajo que realizar en los próximos cuatro días. El primero es recibir una información más transparente sobre las propuestas que han intercambiado en los últimos seis meses la dirección de Iberia y el Sepla en sus convulsas negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre el contenido del VII convenio colectivo de los pilotos.
Hay que recordar que la mesa de discusión del convenio se constituyó a principio de año; que en marzo el Sepla ya amenazó con la movilización, abortada en última instancia ante la inminente salida a Bolsa de Iberia para su total privatización; y que en junio se convocaron 10 jornadas de huelga de las que se habían cumplido tres hasta su desconvocatoria el sábado a causa del arbitraje.
En todo este tiempo se han intercambiado gran cantidad de improperios y descalificaciones entre las partes, pero ha trascendido muy poca información sobre las divergencias reales. Diversos analistas afirman que lo que se discute realmente son las áreas de poder que mantendrán los tripulantes, ahora que Iberia es privada.
Dos documentos
Existen dos documentos relativamente recientes, uno del Sepla del 2 de julio y otro de la dirección de Iberia del 29 de junio, en los que se encuentran los esbozos de las posiciones que mantuvieron las partes en los últimos encuentros negociadores antes de que las conversaciones se rompieran definitivamente.
El documento del Sepla es una carta que el presidente de la sección sindical, Jaime Lacasa, remite a todos los afiliados, en la que explica las principales diferencias con la dirección de Iberia.
En las últimas seis reuniones, escribe Lacasa, hemos hecho un gran esfuerzo para acercar posiciones. "Así, hemos aceptado que la devolución de la clave 104 (descuento de hasta el 15% en el sueldo que la compañía realiza desde que se aprobó el plan de ajuste en 1995), gire sobre la premisa básica de que Iberia esté en beneficios". Y continúa: "El problema estriba en que la dirección exige para aceptar la propuesta que los resultados ordinarios asciendan al menos a 25.000 millones de pesetas" (150 millones de euros).
El presidente del Sepla afirma que el segundo punto de fricción más importante es la eliminación del tercer tripulante en los vuelos transoceánicos (que exige la compañía) lo que les permitirá ahorrarse más de medio centenar de pilotos.
El documento de la dirección de la empresa está firmado por Enrique Donaire, director general de la línea aérea, y está dirigido a todos los pilotos.
En él se incluye una tabla que detalla "el impacto global de la última oferta de la compañía" en los ingresos de los tripulantes, tomando como ejemplo promedio el de un piloto que en el presente ejercicio ganará 20.374.000 pesetas anuales (122.450 euros). Según dicha tabla, y aplicando la propuesta de Iberia, este mismo piloto ingresará 25.005.000 pesetas (150.283 euros) en el año 2005.
Las conclusiones de esta estimación no son rebatidas en detalle en la misiva del presidente del Sepla-Iberia, quien al referirse a ellas las califica de "medias verdades, que son peor que la mentira".
En referencia a la recuperación de la cláusula 104, establece una modalidad de compensación muy compleja año por año y en diferente cuantía para el caso en el que los beneficios de la empresa sean superiores a 20.602 millones, o mayores de 25.752 millones.