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INTERNACIONAL

EE UU llega a Bonn sin un plan alternativo al Protocolo de Kioto

Estados Unidos llegará hoy a la Cumbre del Clima en Bonn sin una propuesta alternativa al Protocolo de Kioto para combatir el calentamiento del planeta, como había prometido su presidente, George Bush, en vista de las críticas suscitadas tras su rechazo al acuerdo del pasado mes de marzo.

Los responsables del Gobierno y diversos expertos de la industria coinciden en que la nueva Administración no ha decidido aún cuál será su política o su estrategia en esta materia, lo que no augura grandes avances para la cumbre de Bonn.

Pese a su rechazo a Kioto, Bush se comprometió a desarrollar una alternativa "efectiva y bajo científicos" al problema del cambio climático. Para ello, su Administración impulsaría el gasto en la investigación y el desarrollo de instrumentos para combatir los problemas del cambio climático, así como a trabajar con la comunidad internacional para la búsqueda de una solución conjunta. No ha sido así. La delegación estadounidense estará liderada por la subsecretaria de Estado, Paula Dobriansky, y dedicará su intervención a participar en el panel de Naciones Unidas sobre el cambio climático. EE UU entiende que la iniciativa de la ONU es radicalmente diferente al Protocolo de Kioto.

De hecho, la propuesta de Naciones Unidas pretendía estabilizar las emisiones contaminantes en los niveles de 1990. Este objetivo, incumplido por otro lado, se fijaba para 2000. En 1997, el Tratado de Kioto fue el siguiente paso en esta lucha contra el cambio climático y los países firmantes del mismo se comprometían a reducir para 2012 sus emisiones un 5,2% respecto a los niveles de 1990.

El objetivo de la cumbre de Bonn es definir cómo llevar a la práctica este acuerdo.

El argumento esgrimido por Bush ha sido que las exigencias de Kioto perjudicarían a la economía de EE UU y considera injusto que los objetivos de reducción de emisiones no afecten a los países en desarrollo que, como China o India, tienen un gran potencial de convertirse en grandes contaminantes. Las posturas son, por lo tanto, dispares.

Pero la parálisis de Washington, aunque vital, no será la única en hacer fracasar el Protocolo de Kioto. Pese a su defensa a ultranza del acuerdo, lo cierto es que los países de la Unión Europea no han ratificado el acuerdo en sus Parlamentos nacionales, lo que les exime de su cumplimiento.

Así las cosas, el apoyo o no de Japón y Australia a la aplicación del Protocolo de Kioto resultará definitivo para saber si el acuerdo cae definitivamente en el olvido.

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