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Las cajas rurales de Valencia y Alicante ultiman un proceso de fusión

Las cajas rurales de Valencia y de Alicante están ultimando un protocolo de fusión que podría aprobarse en el plazo de un mes, según se desprende de la carta que ha remitido la dirección de Caja Rural Alicante a los trabajadores de la entidad. La caja rural resultante, para la que todavía no hay nombre, será la segunda de este sector, con unos activos de 438.563 millones de pesetas (2.635 millones de euros), por detrás de Cajamar (la unión de Almería y Málaga).

En la misiva, difundida ayer por el diario El Mundo, el director general de la rural alicantina, Juan José Fornés, comunicaba a los trabajadores que "las conversaciones [entre las dos entidades] han sido muy positivas y se ha alcanzado el consenso por ambas partes, habiéndose adoptado acuerdos prácticamente en todos los aspectos importantes, lo que hace muy probable que la fusión se lleve a cabo en breve".

La idea de fusionar las principales cajas rurales de la comunidad ya se planteó en 1999, aunque la reticencia de la castellonense Credi-coop frustró el proceso.

El hecho de que la Caja Rural de Alicante sea mucho más pequeña ha facilitado el proceso. La rural de Valencia tiene unos activos, a marzo de 2001, de 376.991 millones de pesetas (2.265,76 millones de euros), mientras que la de Alicante se sitúa en 61.572 millones de pesetas ( 370,05 millones de euros). Los beneficios de Caja Rural Valencia alcanzaron en 2000 2.915 millones de pesetas (17,52 millones de euros) mientras que los de la de Alicante llegaron hasta 279 millones de pesetas (1,67 millones de euros). En la clasificación de cajas rurales valencianas, la de Valencia es la líder, mientras que la de Alicante es la quinta, tras Credicoop, Orihuela, Caja Campo y Torrent.

La Comunidad Valenciana cuenta con más de la mitad de las cajas rurales españolas y es un territorio clave para que se cumplan las recomendaciones del Banco de España de que se produzcan integraciones en un sector atomizado, con 38 entidades que gestionan un pasivo de 945.543 millones de pesetas (5.682,82 millones de euros). Esa dispersión ha provocado, en especial en lo que va de ejercicio, un fuerte decremento de sus beneficios.

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