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América Central busca inversores españoles

El proyecto para la integración del sur de México con Centroamérica ha echado a andar bajo el nombre de Plan Puebla-Panamá. Una idea que requiere inversiones privadas

Entre el Estado mexicano de Puebla y Panamá se extiende una de las regiones más desheredadas del continente americano. También es una de las zonas que menos capital extranjero ha atraído. El pobre poder adquisitivo de sus 65 millones de habitantes -el PIB por habitante es inferior a 2.000 dólares- y las deficientes infraestructuras han sido los principales obstáculos a la llegada de las multinacionales estadounidenses o europeas, mayormente instaladas en otras zonas de México o en otros países latinoamericanos, como Brasil o Argentina.

Romper el círculo vicioso que se ha establecido entre la pobreza y la falta de inversión extranjera es el gran objetivos del llamado Plan Puebla-Panamá. El proyecto no es sólo una declaración de buenas intenciones. También supone una oportunidad inigualable para el sector privado en materia de infraestructura de transportes, sector energético, telecomunicaciones y turismo.

La presentación ayer en Madrid del Plan Puebla Panamá es parte de la campaña de promoción. El coordinador mexicano del plan, Florencio Salazar, se reunió con el secretario de Estado para la Cooperación, Miguel Ángel Cortés. Un portavoz del Ministerio de Exteriores declaró que Cortés manifestó a Salazar "el respaldo absoluto de España al proyecto".

Conjunción de proyectos

El ambicioso programa de inversiones a 25 años, impulsado por el presidente mexicano, Vicente Fox, y suscrito el mes pasado por los demás gobernantes de la zona, incluye desde un proyecto de conservación del medio ambiente hasta la rehabilitación y expansión de puertos, aeropuertos y carreteras.

Puebla-Panamá supone la integración bajo un mismo nombre de dos grandes proyectos: el plan para el desarrollo del sur de México y el proyecto de integración comercial de los países centroamericanos (Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá). El proyecto también actuará de canalizador de los planes de desarrollo que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tiene en marcha en la zona.

La lucha contra la pobreza, la mejora de la calidad de vida y los programas para fomentar la educación estarán financiados mediante donaciones, créditos blandos y reorientación de los presupuestos nacionales. Los inversores privados tendrán su oportunidad para el desarrollo de sectores básicos de la economía. Los responsables del proyecto ya han previsto incentivos fiscales, como la deducibilidad inmediata, y económicos, como la formación del personal a cargo de los presupuestos públicos.

El proyecto prevé la agilización de los trámites aduaneros, una de las mayores trabas al desarrollo comercial de la zona. El comercio intrarregional fue el año pasado de 2.500 millones de dólares (2.940 millones de euros, 489.000 millones de pesetas), según la Federación de Asociaciones Industriales Centroamericanas.

Las constructoras tienen una oportunidad en los llamados corredores del Pacífico y del Atlántico, más de 3.000 kilómetros de carreteras, que se pagarán a más de un millón de dólares por kilómetro. Los corredores servirán para la integración por carretera de una zona con una extensión superior al millón de kilómetros cuadrados. La remodelación de puertos y aeropuertos también requerirá una inversión ingente: "Tan sólo en la parte de infraestructuras estamos hablando de unos 6.000 millones de dólares de aquí al año 2005", explica Salazar.

Otra de las grandes ambiciones es la interconexión de los mercados eléctricos de todos los países. El objetivo es mejorar la eficiencia de distribución y contribuir a una bajada de los precios. Empresas de la importancia de Iberdrola están muy interesadas en este proyecto. De hecho, Iberdrola es ya una de las primeras empresas privadas del sector eléctrico en México. Las obras en marcha en este país darán a la compañía eléctrica española capacidad para generar 3.000 megavatios de potencia. Participar en la integración de la zona mejoraría sustancialmente su posición en toda Latinoamérica. "Es un negocio que puede generar miles de millones de dólares", reconoce Ennio Rodríguez, economista jefe del BID para el proyecto.

Los otros dos grandes ejes en los que se requiere la inversión privada son el turismo y el proyecto para la instalación de cables de fibra óptica en toda la región.

Por eso Salazar también ha incluido en su agenda española encuentros con grandes empresarios. Ayer se entrevistó con directivos de Iberdrola y hoy tiene previsto un encuentro con responsables del BBVA. El político mexicano destaca la implicación española. "Aún no se ha concretado ningún acuerdo, pero sí hay interés por parte de estas empresas".

Puebla-Panamá está dejando de ser una ilusión para convertirse en realidad. A partir del lunes próximo comenzarán en Washington las reuniones para fijar el monto de inversiones requeridas.

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