La UE y Mercosur acercan posturas hacia el libre comercio
La pasada semana finalizó, en la ciudad uruguaya de Montevideo, el V Comité de Negociaciones Birregionales (CNB) del Mercosur (Mercado Común del Sur) y la Unión Europea. La apuesta de los Quince por la creación de un área de libre comercio entre los dos bloques comerciales ha sido decidida, aunque las conversaciones no progresan al ritmo deseado. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay configuran la unión aduanera de América del Sur, a la que se unen Chile y Bolivia como miembros asociados, pero no de pleno derecho.
La propuesta presentada por la UE recoge un progresivo desmantelamiento arancelario a lo largo de los próximos 10 años, e incluye la ampliación de cuotas de acceso al mercado europeo para productos agrícolas del Mercosur. El número de productos que podrían importarse sin aranceles desde Mercosur pasaría del 60% al 90% para los agrícolas y del 53% al 100% para los industriales.
Se excluirían, sin embargo, los cereales, ciertas frutas y hortalizas, azúcar, tabaco y lácteos, núcleo de las exportaciones de Mercosur a la Unión Europea. Es precisamente el proteccionismo de la UE al sector agrícola el principal escollo en las negociaciones, ya que los países del Mercosur aspiran a que la UE se replantee el sistema de subsidios de la tan controvertida política agrícola común.
Sin embargo, de cara a un acuerdo inmediato, la actual situación interna del Mercosur tampoco contribuye demasiado al optimismo. Después de una década de andadura, este pacto regional ha llegado a su última cumbre celebrada el 21 y 22 de junio en Asunción (Paraguay), en cierto modo debilitado. Los miembros han acudido a esta cumbre con diferentes prioridades, que al final se han visto parcialmente eclipsadas por las reacciones a las medidas adoptadas unilateralmente por Argentina para hacer frente a la difícil situación que atraviesa su economía.
Estas medidas no han sido acogidas con demasiado entusiasmo por los socios más pequeños del Mercosur, Uruguay y Paraguay, ya que suponen otro duro golpe a su ya debilitada situación competitiva, seriamente mermada por la imparable depreciación del real brasileño. Asimismo, el enfrentamiento comercial entre los dos principales socios del pacto, Argentina y Brasil, ha dificultado enormemente la consecución de acuerdos en el seno de la cumbre.
De cualquier modo, la necesidad de impulsar medidas que aseguren la continuidad del pacto ha permitido que la cumbre se cierre con un acuerdo sobre la puesta en marcha de la reforma de la política arancelaria. Entre las medidas adoptadas, la entrada de productos agroalimentarios subsidiados que afecten a la industria local tratará de ser frenada mediante el refuerzo de las barreras arancelarias. Asimismo, se ha aprobado la reducción del 1% del arancel exterior común a partir del 1 de enero de 2002, dejando para los próximos meses la rebaja adicional del 1,5% hasta alcanzar el 2,5% de reducción comprometida.
Desde la UE, y en palabras del comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, se confía en que el Mercosur sea capaz de resolver las dificultades que actualmente atraviesa el bloque comercial para poder negociar con mayor capacidad de maniobra la consecución de un acuerdo de libre comercio.
En la actualidad, los intercambios comerciales entre ambos bloques superan los 40.000 millones de dólares (7,7 billones de pesetas), cifra que podría ser ampliamente superada, si ambas partes son capaces de solucionar sus conflictos, tanto a nivel interno como bilateral.