Sólo uno de cada 20 fondos gana más del 4%
Los fondos siguen acumulando pérdidas a cuenta del recrudecimiento de la crisis bursátil. El número de fondos en pérdidas supera ya el millar (alrededor de la mitad de los fondos existentes) mientras los fondos que obtienen rentabilidades acumuladas en lo que va de año por encima del 4% apenas superan el centenar. Es decir, sólo uno de cada 20 fondos se encontraría en condiciones de superar la tasa de inflación a finales de año si los mercados siguen como hasta ahora.
Las pérdidas de la Bolsa durante la última semana han colocado a los fondos que invierten en renta variable española en una posición algo más delicada que en semanas precedentes, con una pérdida acumulada media del 3,6%. Cuando se contabilice la caída bursátil del viernes en los valores liquidativos de los fondos de inversión el retroceso va a ser algo superior.
La pérdida de los fondos bursátiles que invierten en el mercado español ha rondado el 4% durante la semana y la pérdida acumulada desde principios de año superará probablemente el 5% en los próximos días como consecuencia del derrumbamiento de las cotizaciones de las empresas del Ibex hasta sus cotas más bajas del año.
En conjunto, los fondos han cerrado la semana con una pérdida media del orden del 1%, contabilizando todas las categorías de fondos, es decir, tanto los de renta variable (terreno en el que los fondos que invierten en Bolsa española no son los peores, aunque hayan sido los más perjudicados en el curso de las dos últimas semanas) como los de renta fija. En estos últimos, las rentabilidades se mantienen en positivo, en algunos casos por encima del 2%.
El dinero cambia
La pérdida media ponderada del conjunto de los fondos es relativamente baja debido al enorme peso que tienen los fondos de renta fija y monetarios en la canalización del ahorro de los fondos. El traslado de dinero desde los fondos bursátiles hacia los de renta fija y sobre todo hacia los fondos de tipo monetario ha sido bastante acusada en los últimos meses, fruto de la reacción defensiva de los inversores. Una tendencia que previsiblemente va a continuar en las próximas semanas debido a la persistencia de las incertidumbres que dominan en los mercados de renta variable. Los fondos monetarios mantienen, en especial, un notable dinamismo en sus entradas de patrimonio, más de 750.000 millones de pesetas en los seis primeros meses del año. Esta tendencia defensiva del dinero no se había registrado en los fondos desde hace varios años, al menos no con la intensidad vista en los últimos meses. Si el balance global de la inversión colectiva no es más negativo, ello se debe a que los fondos de tipo defensivo representan cerca del 70% del patrimonio total de los fondos españoles.
Las inversiones bursátiles y el nivel de exposición al riesgo han aumentado de forma notable en los dos últimos años, con el consiguiente aumento de la vulnerabilidad de las rentabilidades de los fondos frente a los vaivenes bursátiles.
La generalización de los anuncios de recortes de beneficios en empresas cotizadas junto con el impacto de la crisis argentina en el mercado bursátil español y los indicadores poco favorecedores que se van conociendo en relación con la economía europea, están configurando un panorama cada vez menos atractivo para los inversores. La renta variable atraviesa sus horas más bajas desde la primavera del pasado año.
Uno de los pocos oasis de tranquilidad para los inversores está siendo el grupo de fondos que invierten en mercados emergentes. La crisis argentina no ha afectado tan de lleno como era de temer durante estas últimas semanas a los fondos españoles especializados en Bolsas latinoamericanas, muchos de los cuales conservan unas rentabilidades superiores al 10% en lo que va de año. Un nivel de beneficio que no se encuentra casi en ningún otro segmento de la renta variable, en la que las pérdidas son claramente dominantes.
Unas pérdidas que se concentran sobre todo en los fondos especializados en valores tecnológicos, que se mantienen a la cabeza de las pérdidas con gran diferencia sobre el resto. El lado bueno sigue siendo el que representan aquellos fondos que se han especializado en los mercados en dólares, en especial en los mercados de renta fija.
Renta fija contra la crisis
Los fondos de renta fija internacional están haciendo estos meses su agosto. Nueve de los 20 fondos con mayor rentabilidad acumulada en lo que va de año son en estos momentos fondos especializados en mercados de renta fija internacional, con rentabilidades que oscilan entre el 13% y el 16,3%. La superioridad de estas rentabilidades sobre el resto de los grupos de fondos se apoya en la fortaleza del dólar, que ha cerrado la semana con un rendimiento acumulado frente al euro del 12,7%, el más elevado del año. La divisa americana se encuentra en su mejor momento frente a la europea desde octubre del pasado año, aunque quizás pronto rebase también esa barrera.
Desastre tecnológico
Los fondos que invierten en los mercados tecnológicos presentan, una semana más, el peor balance entre todas las categorías de fondos que actúan en la renta variable. Hay 30 fondos que presentan pérdidas acumuladas en lo que va de año por encima del 25%, algunos de ellos con retrocesos superiores al 40%. La apuesta por la tecnología sigue deparando resultados bastante decepcionantes, a pesar de que los analistas siguen valorando el elevado potencial que tienen estos fondos de inversión, situados ahora mismo en sus cotas históricas más bajas. Algunos fondos han perdido más del 70% desde marzo del año pasado.
La liquidez, en alza
Los bajos niveles de confianza que se registran en los mercados han disparado las compras de participaciones en los mercados de renta fija y sobre todo en los fondos de tipo monetario o Fiamm. Desde enero hasta la fecha, la entrada de dinero nuevo en estos fondos ha superado los 700.000 millones de pesetas. La bajada de comisiones en estos fondos ha contribuido en alguna medida a mejora sus rentabilidades. Gracias a estas entradas, el patrimonio global de los fondos de inversión se mantiene bastante estable, con un retroceso inferior al billón de pesetas en los seis primeros meses del año.