El órgano regulador abre expedientes por la venta de tabaco en Internet
El Comisionado del Mercado de Tabacos ha puesto en marcha una ofensiva para acabar con la venta de tabaco en Internet. Según fuentes del sector, el órgano regulador del mercado de tabacos tiene ya sobre la mesa denuncias sobre más de 30 casos, algunos vinculados a estancos, que infringen la Ley del Tabaco de 1998.
La iniciativa pretende, siempre, según lo medios consultados, dar una imagen de firmeza en el sector y recomponer la solidez legal con la que la legislación fundamentó el monopolio de distribución minorista de tabaco, que la mera existencia de estas páginas web ponía en cuestión. A pesar de los reiterados intentos de este diario no fue posible que el Comisionado del Mercado de Tabacos explicará su posición respecto a este problema.
La Ley del Tabaco prohíbe expresamente la venta a través de cualquier medio telemático y le da la consideración de falta muy grave. Lo hace así porque impone a los estancos tradicionales una serie de condicionantes para la venta que es impo-sible controlar a través de un medio como Internet o a través de la mera venta tele-fónica.
Los estancos tienen en estos momentos contingentada la venta diaria a particulares y la legislación les impide abastecer a puntos de venta con recargo, principalmente establecimientos de hostelería, si éstos no se encuentran en su zona de influencia próxima.
La iniciativa del Comisionado del Tabaco coincide con una seria escalada de enfrentamientos entre las asociaciones profesionales de estanqueros y entre una de estas entidades y la propia Logista, la filial de distribución mayorista del grupo Altadis.
La ofensiva judicial, desencadenada hace un par de semanas por la Asociación Nacional de Expendedores de Tabaco y Timbre (Anett) contra la filial de Tabacalera, ha exacerbado los ánimos en el sector y se han comenzado a cruzar acusaciones muy serias de incumplimientos sistemáticos de la legislación.
Esta ofensiva, que incluye una demanda ante el Servicio de Defensa de la Competencia y ante la Agencia de Protección de Datos, se produjo sólo unos días después de que la Audiencia Nacional ratificara las medidas cautelares impuestas por el Tribunal de Defensa de la Competencia a Altadis para que cediera la distribución de sus marcas al grupo McLane.
Papel mojado
Las acusaciones habidas, de ser ciertas, convertirían en papel mojado la Ley del Tabaco para buena parte del sector. El incumplimiento de la norma es moneda común.
De acuerdo con el criterio de analistas del sector, da la impresión de que existe una unidad de acción contra la posición de dominio que la Ley del Tabaco permitió consolidar a Logista, hoy propietaria de un 99% del mercado de distribución mayorista del tabaco en España.
Esta unidad de acción que englobaría a Anett y McLane (de hecho, comparten el mismo despacho de abogados en su defensa legal contra Altadis) perseguiría abrir el mercado de distribución del tabaco y establecer competencia en el mismo.
Incluso consideran la posibilidad teórica, y así lo han solicitado, de que los estancos compitan entre sí mediante reducciones voluntarias de su margen comercial (hoy fijado en un 8,5%).
Sin embargo, fuentes de Anett desmienten categóricamente que estén trabajando en su lucha contra Logista impulsados o de acuerdo con el grupo McLane. "Simplemente, nuestras demandas tienen que ver con una situación que entendemos que es injusta y que produce un auténtico abuso de posición dominante. El que quiera ver aquí una estrategia de coordinación se equivoca", asegura Raúl Benito, secretario general de Anett.
El monopolio sigue siendo indiscutible
A pesar de la enorme división que actualmente existe en el sector sobre el definitivo modelo que se debería imponer en el mercado de tabaco, todos los estamentos del mercado están de acuerdo en un punto: el mantenimiento del actual estatus de monopolio en la venta minorista en estancos.
Este estatus, a pesar de todas las críticas que se vierten sobre él, impide de facto la competencia entre establecimientos de distribución. Y por eso nadie quiere imaginarse un futuro en el que las grandes empresas de distribución y las cadenas de compra puedan colocar tabaco libremente en sus estanterías.
Una situación que a nadie sorprende en las islas Canarias (el monopolio no opera en el archipiélago y el tabaco se vende sin problemas en los supermercados), pero que en el resto de España se rechaza de plano.
Ni siquiera Anett, tan proclive a establecer mecanismos de liberalización, quiere que la competencia llegue tan lejos.
El sector argumenta su defensa del monopolio con razones sanitarias (aseguran que las grandes superficies no serían capaces de evitar la venta de tabaco a menores de edad) y económicas. En este punto explican que mantener una red de estancos es una garantía de recaudación del impuesto especial que grava en España las labores de tabaco.
De todas formas, los operadores del mercado de tabaco están en la actualidad expectantes ante el contenido de la sentencia definitiva que el Tribunal de Defensa de la Competencia tiene que emitir en relación con una demanda de la multinacional norteamericana McLane contra Logista.
El consenso de los analistas se inclina a pensar que a la vista del espíritu de las últimas sentencias del Tribunal entra dentro de lo probable que a Logista se la obligue a ceder a sus competidores parte de su actual cuota en el mercado de distribución mayorista de tabaco a sus competidores.