Los ministros del G-7 tomarán el pulso a la situación económica
Los ministros de Economía de los siete países más industrializados analizarán desde hoy en Roma la salud de la economía mundial. EE UU llega a la reunión respaldado por algunas señales de mejora en sus indicadores y pidiendo a Europa y Japón que asuman su responsabilidad en el crecimiento.
El alcance de la actual desaceleración mundial centrará la reunión de los ministros del G-7, en medio de las dudas suscitadas por la precaria situación de Japón, las primeras señales de mejoría en Estados Unidos y el deterioro económico de Europa.
Estados Unidos entiende que ellos están cumpliendo su parte para contribuir a un crecimiento mundial fuerte y estable y quiere que Europa y Japón asuman su propia responsabilidad y jueguen un papel de "locomotora" de la economía mundial.
"EE UU está cumpliendo ampliamente su responsabilidad para con su gente y para con el mundo", señalaba ayer Paul O'Neill, secretario del Tesoro. "Europa y Japón pueden jugar un papel de locomotora y necesitan jugarlo", precisó.
Los últimos indicadores de la economía japonesa apuntan cada vez con mayor fuerza a la recesión, una situación que suscita fuerte preocupación entre los demás miembros del G-7. O'Neill expresó su interés por conocer los detalles de reestructuración del nuevo Gobierno, "en especial el calendario de aplicación".
En Europa, lo que a principios de año parecía una suave desaceleración se ha traducido en un fuerte deterioro del entorno económico, principalmente de las dos economías centrales de la zona, Francia y Alemania, que en repetidas ocasiones han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento. La desaceleración mundial se ha traducido en una fuerte inestabilidad de las principales divisas, pero no parece probable que los ministros del G-7 estudien una intervención coordinada de los bancos centrales.
Reformar el FMI
O'Neill anunció ayer que volverá a plantear a sus colegas la reforma de las instituciones financieras internacionales, en especial el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Estados Unidos apuesta por mejorar la eficiencia de estas instituciones, de manera que el Fondo centrara su papel en la prevención de las crisis financieras y el Banco en ligar su política de préstamos a las ganancias de productividad.
El G-7 está integrado por Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Canadá. A las reuniones asiste, como invitado, Rusia, que espera recibir el respaldo de las principales economías del mundo para aumentar la confianza de los inversores.